Roban en un comercio hasta la urna de colecta por un niño enfermo
Un friense fue apresado ayer por la policía, mientras remataba a bajo precio, en un combo de 3 x 1, un ventilador y dos pollos sustraídos en un comercio, de cuyas instalaciones se llevó también hasta una urna con dinero destinado a un niño enfermo.
El sospechoso fue identificado como Alexis Falcón, con residencia en calles Carlos Monti y América, en la “Ciudad de la Amistad”, según emana de la causa que timonea la fiscal Natalia Simoes y allanamiento refrendado por el juez de Control y Garantías, Guillermo Paradelo.
El golpe fue perpetrado el sábado en un negocio de calles Alvear y Che Guevara, B° La Curva, propiedad de Fabiana Alejandra Farías.
La presentación
En su denuncia, la damnificada habría relatado que a las 9 de la mañana abrió las puertas de su local. Observó la puerta y candado de ingreso destrozados, al igual que una ventana de chapa.
Él o los delincuentes le habían robado una balanza electrónica Premier negra con blanco, un ventilador de pie comercial negro, dos cuchillas carniceras, una chaira con cabo blanco, tres alargues de electricidad, un cajón con seis pollos, numerosos cortes de carne de animal vacuno y una urna con dinero.
En contexto, la urna atesoraba un poco de dinero destinado a un niño enfermo.
Al parecer, los vecinos organizaron una campaña solidaria y quienes colaboraron con el menor colocaron dinero en el recipiente que luego le sería entregado a su familia.
Servicio puerta a puerta
Siempre de acuerdo con la denuncia, se sabe que horas después del robo, los vecinos recibieron a Falcón en sus casas. El sujeto caminaba con un ventilador y otros objetos, en venta. Por si precisara persuadirlos, a la oferta adosaba un regalo de dos o tres pollos, según el monto y cantidad de bienes en la operación.
Un vecino deslizó que le ofreció una balanza; otro, el ventilador; y un tercero, los cortes de carne de vaca. Sin más detalle por esperar, el juez Paradelo ordenó en la víspera allanamientos y/o detención y Falcón cayó preso mientras apuraba la marcha para vender todo el botín.
Para cuando le colocaron las esposas, ya había cerrado negocios por varios artículos, cuyo secuestro procuraba luego la policía desde las viviendas de los compradores de dudosa buena fe.