ESPECIAL PARA EL LIBERAL

La Pascua es el misterio de la salvación

Por el Padre Gregorio Makantassis - Párroco de la Iglesia Ortodoxa San Jorge.

Hablar de la Pascua es hablar de Cristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es ante todo un hecho, un acontecimiento, una realidad bíblica, Pascua significa el paso del Señor.

Así el término Pascua expresa el misterio de amor de un Dios amoroso que ha buscado el modo más amable y paternal para hacernos partícipes de su vida divina.

Cristo resucitó de entre los muertos, y cuando los cristianos empezaron a celebrar la Pascua la Iglesia era una; no había divergencia de fechas entre oriente y occidente. Otra cosa fue cuando después aparecieron diferencias en los ritos. Por eso, hoy en día, la diferencia se encuentra sólo en la forma de celebrarla y en el calendario que rige ambas Iglesias.

Sin duda, el tiempo en el que Dios nos ha detenido, a raíz del la Pandemia del Covid-19, ha creado un espacio de silencio, es un llamado a escuchar la voz de Dios, un tiempo de profunda oración, para que, así como en el tiempo del éxodo, que Moisés hablaba y Dios le respondía con el trueno, así Dios quiere entablar con nosotros un dialogo, como lo hizo a lo largo de las escrituras con su pueblo, los profetas y al final en la persona de Jesucristo. No seamos como el pueblo de Israel que ante la presencia de Dios tuvo miedo, a lo que Moisés les dijo: “No temáis, pues Dios ha venido para ponernos a prueba, para que tengas presente su temor y no pequéis”. (Éxodo 20, 20). Asimismo el tiempo actual (postpandemia coronavirus) implica una oportunidad, ante la crisis y los tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, para comenzar de nuevo. En Pascua, Cristo resucitado hace“nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5). Es una realidad compleja y urgente que requiere nuevas soluciones: “vino nuevo, odres nuevos” (Marcos 2:22), nuevas formas de vida, nuevas formas de trabajar y nuevos modelos de desarrollo humano. Cada día domingo, en el día que se llama del Señor (Kirie), la Iglesia conmemora su resurrección, que es el corazón de la fe cristiana en el que celebramos el triunfo de la vida sobre la muerte. En el contexto actual que vivimos en donde abunda el pecado, secuelas de la Pandemia y repercusiones de la guerra en Ucrania. Adquiere una actualidad particular. Debemos abrirnos a la Luz de Cristo, que ilumina al mundo asentado en tinieblas, en medio de sus sufrimientos, debilidades y del pecado imperante. Debemos dar cada día pasos conducentes a nuestra liberación del mal y del pecado. Pues justamente la Pascua significa paso, en la antigüedad el paso del pueblo de Dios de la esclavitud a la liberación.

Y hoy la Pascua de Cristo es el paso de la muerte a la vida. Por lo que nosotros como cristianos debemos aferrarnos a la vida, a una vida renovada por Cristo y con Cristo en nosotros. Alejándonos de la cultura de la muerte.

Así en cada Eucaristía, memorial de nuestra fe, proclamamos su muerte y anunciamos su resurrección, diciéndole: Ven Señor Resucitado, Salvador de nuestras vidas. La Pascua es el misterio de la salvación, tal como lo expresa el Apóstol Pablo en Romanos 10:9 “Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucito de entre los muertos, serás salvo”. De la misma manera confesemos juntos con verdadera fe: Cristo ha Resucitado. Verdaderamente ha Resucitado. Felices Pascuas.

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