ESPECIAL PARA EL LIBERAL

Recortes de intimidad

Por Francisco Viola. Médico y Dr. en Psicología

La pandemia afectó a toda nuestra vida y lo hizo de muchas maneras, porque tocó todas las esferas que habitamos. Frente a ello se hizo y se va haciendo lo que se puede.

En el caso de la vida de parejas también se pasó por diferentes situaciones. Así, a algunas parejas, la pandemia les dio la posibilidad de “reciclarse”, “renovarse” y potenciarse”.

Así, un estudio hecho en Portugal mostró que en la Pandemia hubo parejas que mejoraron su vida sexual, basándose en una premisa básica: poder hablar, utilizando para ello el tiempo compartido. Porque, lo cierto que la vida sexual no se trata tanto de destrezas, sino de encuentros que se tejen con esos dos elementos: tiempo dedicado y capacidad de comunicar.

Otra cosa que algunas parejas lograron hacer es darse cuenta de que el sexo tiene una parte lúdica que ayuda a que la intimidad se desarrolle. Esto motivó un incremento en las compras online de juguetes eróticos para incorporar a las actividades sexuales de la pareja. Particularmente acentuemos la compra de los llamados juegos sexuales para compartir como un elemento de doble valor: vencer un posible limite en algunas parejas para favorecer el encuentro y el autorizarse (una palabra fundamental en salud sexual) a buscar senderos nuevos de disfrute para potenciar esa parte de la intimidad. Sobre esta palabra me quiero detener un momento: la intimidad. La intimidad, lo señalemos, es una eternidad concentrada en un instante. Dura lo que dura. No más que ello, ni menos. Dado que la intimidad es acción, sería un verbo, pero que sólo se conjuga en presente. La intimidad es “aquí y ahora”. No existe intimidad en pasado ni en futuro, por ello no es ni promesa, ni recuerdo. Hago una observación sobre esto: toda intimidad nace teñida con los colores de las otras intimidades vividas, pero nunca es una reproducción y, valga decir, toda intimidad vivida alimenta el deseo de una intimidad a vivir. Pero no confundirse es sólo presente. Voy a definir a la intimidad como ese momento compartido donde la desnudez alcanza un nivel superlativo de humanidad. Cualquier desnudez, puesto que la intimidad es exhibir la fragilidad para descubrir la fortaleza y el cuidado.

Aun siendo pasajera, aun siendo circunstancial, la intimidad nos revela naturalmente. Hay personas que tienen la capacidad de generar desnudez y otras que tienen la capacidad de crear las condiciones para la intimidad.

Fabuloso cuando van juntos, pero sabiendo que son dos cosas diferentes. Ni siquiera complementario, lo que no quita que es sublime cuando están asociadas. Quizás por ello creo que nunca se debe renunciar a la posibilidad de compartir intimidad, nunca jamás se debe intentar hacerlo. Sin embargo, la madurez del espíritu surge cuando aprendemos como protegernos, sin escondernos, como disfrutarla sin tomar riesgos, como producirla sin pagar cualquier precio. Desarrollar intimidad sólo es posible porque nuestra humanidad está hecha para el encuentro, desde la alteridad inevitable. Comprenderlo es hacer un paso más en nuestra evolución.

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