DRAMÁTICO

Niño de 12 años se extravió, durmió en el monte y movilizó a varias dependencias policiales

El menor había salido a cazar pájaros con un primo y se quedó solo en la zona, desorientándose e internándose cada vez más en el monte, por lo que tuvo que pasar la noche allí.

Un niño de 12 años vivió una odisea al extraviarse en el monte de Weisburd, donde tuvo que pasar la noche y dormir a la intemperie, mientras varias dependencias policiales, bomberos y canes rastrillaban la zona tratando de dar con su paradero, ante el temor de un desenlace desagradable.

Afortunadamente, los perros especializados en búsqueda de personas lograron ubicarlo y guiaron a los funcionarios policiales para dar con el menor, a quien trasladaron luego a un centro de salud para ser examinado y restituido a su familia.

El protagonista de la historia cargada de angustia, pero con final feliz, fue Miguel Bautista Ibáñez, quien residiría con su madre en Quimilí, pero que por la jornada electoral se había trasladado junto a ella hasta Weisburd, departamento Moreno.

Todo transcurría normalmente y minutos antes de las 17, Miguel Bautista habría salido de la casa de su tía, donde estaba parando, junto con un primo de la misma edad para cazar y "trampear" pájaros en el monte, saliendo ambos en sus bicicletas e internándose entre las malezas. Alrededor de 40 minutos más tarde, el primo decidió regresar, pero Miguelito le dijo que se quedaría un poco más de tiempo.

Pasó más de una hora y la familia del menor comenzó a preocuparse porque no regresaba, por lo que alrededor de las 20 salieron en diferentes direcciones para tratar de ubicarlo, pero no obtuvieron resultados y ante esa situación alertaron a los efectivos policiales del Departamento de Seguridad Ciudadana Nº 12 de Quimilí, desde donde se alertó al fiscal de turno, Dr. Martín Silva, el cual ordenó que se solicite la colaboración de Trata de Personas, Canes y Bomberos.

En cuestión de horas se diagramó un importante despliegue en la zona, realizando rastrillajes en distintas direcciones desde el punto donde había sido visto por última vez por más de 4 kilómetros a la redonda.

El rodado

El nivel de tensión y miedo se incrementó aún más cuando alrededor de las 2 de ayer lunes, los policías encontraron la bicicleta tipo playera en la que el niño se movilizaba, abandonada en un sector del monte, pero sin ningún rastro del menor.

Los rastrillajes no cesaron durante toda la madrugada y se realizaron a pie, con la participación de los perros adiestrados y con la utilización de drones, que sobrevolaban la zona, tratando de obtener alguna pista.

Con el correr de las horas, el temor y la angustia aumentaban, ya que en el inconsciente de familiares, pobladores y de los propios policías comenzaba a asomar el peor escenario.

Sin embargo, alrededor de las 7.30, el pequeño pudo ser localizado por los canes especializados y éstos guiaron a los uniformados y familiares que participaban de la búsqueda.

Agotado y visiblemente estresado por lo que le había tocado vivir, Miguel Bautista habría explicado que se desorientó y comenzó a internarse en el monte, y se quedó dormido en un momento de la madrugada. Afortunadamente estaba en buen estado de salud y luego de los exámenes de rigor, el fiscal Martín Silva dispuso que sea restituido a su familia.


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