INVESTIGACIÓN

Paso a paso cómo operaba la banda que estafaba con la “venta” de iPhones

El santiagueño detenido en un departamento de calle Perú sería un eslabón de una organización que se alzó con más de $20 millones durante este año.

Cristian Albarracín, el joven santiagueño detenido el martes por efectivos de la Policía Federal de nuestra provincia, sospechado de integrar una organización dedicada a estafar con la "venta" de iPhones por redes sociales, fue extraditado y se encuentra alojado en la DDI de Vicente López para rendir cuentas ante la Justicia bonaerense.

En paralelo se conocieron detalles de la ingeniería empleada por la banda delictiva para cometer los fraudes, con los que se habrían alzado con más de $20 millones desde principio de este año.

Según revelaron fuentes ligadas a la investigación, el primer detenido de la organización cayó en mayo y la causa continúa aún avanzando y permitió apresar a Albarracín esta semana.

El primer sospechoso creó un perfil en Instagram y ofrecía a precio muy accesible diferentes modelos de iPhone. Para justificar los precios a los que vendía los celulares explicaba que, por la pandemia de Covid-19, estaba por cerrar su local en Buenos Aires. Así lograba el interés de potenciales clientes. Una vez que cerraba las negociaciones, exigía que le transfirieran el 50% del valor acordado, a modo de reserva. Pero una vez que tenía el dinero asegurado, bloqueaba a los usuarios que habían pagado por un producto que nunca les iba a llegar. Así, en solo cuatro meses, el sospechoso habría acumulado un botín de, por lo menos, $3.200.000.

La investigación está a cargo del fiscal de Vicente López Alejandro Musso. El primer imputado por las estafas es un joven de sólo 19 años que vive en Floresta. Tras ser apresado, fue excarcelado a las pocas semanas porque no tenía antecedentes penales, por lo que continuará el proceso en libertad.

La investigación del fiscal Musso y su equipo de colaboradores comenzó con la denuncia que hizo una de las víctimas. El 29 de enero pasado, la mujer y su hijo concretaron una transferencia de $20.000 por un teléfono celular que habían visto en el perfil de Instagram que había armado el imputado.

La maniobra

"Las transferencias o depósitos que hacían los clientes estafados no iban dirigidos a las cuentas del imputado, sino que para obtener el dinero, el sospechoso utilizaba las cuentas de personas que trabajaban para él a cambio de un porcentaje", sostuvo una de las fuentes.

Las personas que "prestaban" sus cuentas para recibir el dinero de los supuestos clientes obtenían $2.000 por cada operación. A esos "colaboradores", el sospechoso los conocía a través de publicaciones en las que ofrecía trabajo. En este contexto es en donde habría entrado en escena el santiagueño Albarracín.

"Trabaja con nosotros. 15 vacantes laborales", fue una de las publicaciones que subió a Instagram el primer acusado para conseguir las cuentas donde los estafados iban a transferir el dinero.

Musso y su equipo de colaboradores lograron llegar hasta el domicilio del sospechoso después de obtener el IP desde donde se habían subido las publicaciones con las ofertas de los teléfonos celulares.

"Con el IP logramos llegar hasta el prestador del servicio de internet, que nos facilitó el domicilio de su cliente. También pudimos reconstruir los movimientos de la cuenta que el imputado tenía en Ualá fintech argentina y así establecer todos los ingresos de dinero que tuvo en el último tiempo", afirmó un detective judicial.

Albarracín fue extraditado junto a todo lo secuestrado

Efectivos de la División Unidad Operativa de la Policía Federal de Santiago del Estero redujeron a Cristian Albarracín el martes en horas de la mañana cuando llegaba al edificio de calle Perú al 500 donde alquilaba un departamento.

Era vigilado desde hacía un mes, por pedido de la Justicia porteña. Posteriormente, los uniformados con colaboración de los efectivos de la DDI de Vicente López que habían llegado a la provincia, allanaron el departamento y realizaron múltiples secuestros.

Albarracín, que a su vez sería empleado de una empresa constructora, tenía en su departamento una notebook, un módem, posnet de Mercado Pago y otro de Tarjeta Naranja, más de 20 tickets de operaciones bancarias, 10 chips de celulares y tarjetas bancarias. Todo fue secuestrado.

En forma paralela, la policía bonaerense concretó una serie de allanamientos en Buenos Aires, donde se logró detener a otros dos sospechosos de la banda, y se estima que concretaron estafas por más de $20 millones.

Extraoficialmente, Albarracín habría deslizado que él concretó una decena de "ventas", por lo que suponen que fueron al menos el doble. Recibía anticipos de entre 40 y 50 mil pesos, pero se quedaba con $3 mil por operación.


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