ESPECIAL PARA EL LIBERAL

Fama vs. éxito

Por Bernardo Stamateas.

Muchas personas, cualquiera sea la actividad a la que se dediquen, expresan: “Quiero tener éxito”. Pero, para comenzar, es muy importante distinguir entre éxito y fama. Veamos…

El éxito implica hacer aquellas cosas que nos gustan, que nos apasionan, que nos atraen, que nos brindan placer y disfrutamos grandemente. La persona que logra el éxito en su vida alcanza los objetivos que se ha propuesto. Tiene un sueño, o más de uno, en su corazón y trabaja hasta que se convierte/n en realidad.

En cambio, la fama tiene que ver con la mirada externa. Cuando llega la fama, viene junto con esta un reconocimiento social, que puede ser colectivo o no, por todo lo realizado. A algunos les resulta difícil manejar la exposición pública y, como resultado, se vuelven vulnerables y acaban por alejarse de la tarea que realizan. Mientras que otros pueden escoger caminos que no son los mejores para ellos.

Yo puedo tener éxito sin fama. O fama sin éxito. Imaginemos a un investigador que se encuentra en el laboratorio y está disfrutando de lo que hace. ¿Tiene éxito? Sí, porque está llevando a cabo lo que ama. ¿Tiene fama? No, porque nadie lo conoce. De pronto, descubre algo importante y, ahora, se convierte en alguien conocido. La mirada de la gente se posa sobre él. Tiene éxito y fama, pero va a disfrutar y a administrar la fama porque nunca se paró sobre esta, sino sobre el éxito.

¿Qué le sucede a mucha gente? En lugar de pararse sobre el éxito, lo hacen sobre la fama. Buscan la mirada externa, la validación de los demás. Pero no hay nada más volátil, más cambiante y más hueco que la fama sin éxito. Lo importante en nuestra vida no es lo que otros piensen de nosotros, sino el éxito interno que nos permite conectar con todo aquello que nos hace bien. Si la fama viene, se disfrutará; y si no viene, también.

¿Te considerás un hombre o una mujer exitosa, un hombre exitoso? Unos de los temas más tratados hoy en día es el del éxito y muchos jóvenes van detrás de este. Pero, teniendo en claro la diferencia entre éxito y fama, todos los seres humanos poseemos la capacidad de entrenar nuestra mente tal como lo hacemos con nuestro cuerpo físico. ¿Para qué? Para desarrollar el hábito de convertirnos en “mi fan número uno”.

Sentirse el mejor, la mejor, en aquello a lo que uno se dedica no es orgullo, como algunos creen; sino tener una estima sana y valorarse lo suficiente como para confiar en uno mismo. Es superarnos a nosotros mismos cada día un poco más. Recordá: ser exitoso no es tener fama y ser mundialmente conocido, lo cual no está mal; es concretar un proyecto personal y estar satisfecho con ello. Hay gente que vive solamente para trabajar, comer y divertirse. Pero vos y yo podemos lograr mucho más que eso, si nos fijamos metas en la vida, si perseguimos sueños, si tenemos alguna motivación más elevada. Sembrá tu semilla positiva a diario y no solo beneficiarás a otras personas, sino que, además, tarde o temprano recibirás multiplicado todo lo sembrado.


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