Dos médicas santiagueñas denunciaron que su primo, empleado público, las abusó por años
Los ultrajes comenzaron cuando las víctimas eran niñas y perduraron hasta la adolescencia. La Dra. Farrán Serlé, querellante, aportó evidencias contundentes, como la declaración de la niñera.
Luego de años de sufrimiento y "mucha terapia", Alejandra y Patricia Juárez, dos médicas santiagueñas que ahora residen en Córdoba, decidieron sacar a la luz el calvario que vivieron durante su infancia y adolescencia, cuando fueron abusadas por su primo paterno, hoy empleado de un centro de salud público de la Capital y a quien identificaron como Cristian Juárez.
"Ale" y "Pato", como les llaman sus seres queridos, en el año 2011 decidieron viajar a Córdoba, y si bien el propósito era estudiar Medicina, el único objetivo de las hermanas, que actualmente tienen 28 y 26 años, era "huir". Escapar de los recuerdos que las atormentaban por los aberrantes vejámenes que sufrieron.
Luego de radicar denuncias en el año 2020 y 2021, respectivamente, "Ale" y "Pato" dialogaron ayer en exclusiva con EL LIBERAL y contaron detalles escalofriantes de los abusos que sufrieron, los cuales actualmente son investigados por la Dra. Cecilia Larred, fiscal de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual.
"Conmigo comenzó cuando tenía 5 años, duraron hasta los 13. Algunas veces sucedían cuando íbamos con mi hermana a dormir a la casa de mis abuelos paternos en el Bº Huaico Hondo, donde él vive con su mamá, mi tía. Otras, en mi casa, cuando mis padres viajaban por temas de salud de mi hermana", explicó Alejandra.
"Las noches eran un calvario para nosotras. Cuando quedábamos en mi abuelo nos pasábamos las noches despiertas. Nos turnábamos para dormir o para cuidar la puerta del baño para que él no entrara. A pesar del calor dormíamos vestidas, para evitar los abusos", continuó la joven profesional.
Según contó "Ale", su tía –madre del acusado— sabía de las situaciones. "Ella nos obligaba a dormir los tres juntos. Nos decía que nos sacáramos la ropa. Muchas veces ella vio cuando él nos abusaba", recordó la traumatóloga.
"Ale" puntualizó una situación en particular. "Una noche yo desperté con los gritos de mi hermana. Corrí para defenderla y mientras le pegaba a él y le decía que dejara de hacerle eso, mi tía se despertó, pero sólo nos dijo que dejáramos de molestar y que siguiéramos durmiendo".
Por ese entonces, "Ale" y "Pato" le pidieron ayuda a otra hermana de su padre (la tía menor), a quien le contaron los abusos que sufrían por parte de su primo. "Ella no entendía por qué nosotras le teníamos tanto miedo y no queríamos estar cerca de él. Cuando le avisamos, ella nos creyó", expresó.
"Siempre ocultamos la situación para no hacerle mal a mi papá. Ellos (por sus padres) ya tenían demasiado con la enfermedad de mi hermana menor, y nosotros no queríamos causar más preocupación. Ahora, ellos en diciembre se enteraron de todo. Fue un shock y hoy ellos dos también están con tratamiento psicológico", expresó.
"Ale" explicó que "la fiscal nos atendió muy bien. Pero los tiempos no fueron los mismos para él que para nosotras. Todo lo que había que hacerle a él siempre se demoraba. A nosotras cinco veces nos hicieron contar lo mismo y siempre la preguntar era una ¿por qué denuncian ahora?, como si se tratara de una situación fácil de expresar".
"Nosotras estamos con tratamiento psicológico, yo con psiquiátrico. No fue fácil para nosotras. Sentí que no podía más y necesité contarlo. Además sentí miedo porque alguien más lo pueda sufrir", enfatizó.
Por su parte Patricia, médica clínica, expresó que con ella los ultrajes comenzaron cuando tenía 9 años. "A mí me abusaba cuando me encontraba sola y también cuando estaba con mi hermana. Casi siempre sucedía por las noches. La primera vez que me dijo para ir a quedar en su casa me convención diciéndome que tenía una compu con juegos nuevos", explicó.
Hasta ese momento solo eran tocamientos. "Después comenzó a decirme que a él le habían enseñado un juego y quería enseñármelo. Él tiene 10 años más que nosotras. Así comenzó todo, después ya era todo bajo amenazas", contó.
Según expresó "Pato", por ese entonces ella tenía una estrategia de defensa que nunca le funcionó. Indicó que "era acostarme a dormir y despertarme con él encima. Entonces yo tosía y hablaba fuerte para que alguien despertara y me salvara. Pero eso nunca pasó".
Consultada sobre cómo hizo para poder sobrellevar toda la odisea que padeció, Patricia enfatizó: "Lo ignoré. Por muchos años lo tuve en mi cabeza bloqueado. Ese era mi mecanismo de defensa, hacer como que nunca pasó, hasta que llegué a Córdoba y recién pude ver el daño que me causó".
"Pato", explicó que los aberrantes y repudiables ultrajes que sufrió, le generaron problemas para relacionarse con los demás. "Me di cuenta cuando comencé a querer tener amigos o una relación de pareja. Ahí empecé a darme cuenta del daño que me provocó".
Sostuvo que: "haberlo denunciado, y de alguna manera sacar a la luz todo esto que nos pasó fue un alivio. Siempre nos frenó el sufrimiento que le íbamos a provocar a nuestros padres, pero cuando lo contamos nos sentimos aliviadas, además por el apoyo que nos brindaron en todo momento".
Ambas fueron categóricas en remarcar que quieren "que se haga justicia. Que todo el dolor que nos causó no quede impune, para que no haya otras víctimas. Nosotras pudimos después de esto hacer una vida".
Las jóvenes indicaron que su primo, quien trabaja en un centro asistencial, las habría amedrentado tras las denuncias.
''En este estadio procesal considero que amerita la detención del sujeto''
La Dra. Aída Farrán Serlé se constituyó como querellante en la causa y habló con EL LIBERAL sobre la investigación.
"La denuncia de Alejandra la realizamos en el mes de diciembre del año 2020 y la de Patricia fue en marzo del 2021, cuando ella se sintió preparada para contar los abusos que sufrió", explicó la letrada.
"Hemos presentamos testigos que contaron cómo era la infancia de ellas. Está la declaración de una niñera, que en una oportunidad observó una situación de abuso. También están los informes de los ataques de pánico que una de ellas sufría, y los problemas que le generó en la salud a la otra", explicó la abogada.
"También ofrecimos como testimonio el relato de la madre de las víctimas, quien contó sobre una conversación que mantuvo con su cuñada —madre del acusado— quien le pidió perdón por lo sucedido y además le solicitó 'arreglar todo en familia"'.
La Dra. Farrán solicitó que se cite a declarar a las psicólogas de las víctimas. Profesionales que les brindaron contención desde que fueron a vivir a Córdoba, y también pidió pericia psicológica para el acusado.
"En el año 2020 yo pedí al detención del imputado, pero entiendo que en ese entonces la Fiscalía optó por iniciar una investigación previa. Luego cuando se hace la denuncia de Patricia, solicito nuevamente la detención, teniendo como antecedente el caso de Manfredi", indicó.
"Con el mismo criterio, solicité nuevamente que el acusado sea detenido, y que se recaratule la causa como abuso sexual con acceso carnal, agravado por la minoría de edad y abuso sexual gravemente ultrajante, en concurso real de delito", manifestó la abogada representante de las dos médicas.
Además indicó que fundó su pedido, al entender que "ante los riesgos procesales que existen y en este estadio procesal amerita la detención del imputado. No se trata de un desatino ya que considero que teniendo toda la evidencia, no queda otra que se inste ante el juez de Control y Garantías el pedido de detención".