SENTENCIA

Once años de cárcel por abusar sexualmente de su propia hija menor de edad

Fue una tía la que se apiadó de la pequeña y alertó a la madre y a la Justicia. En el juicio, la progenitora dijo que no le creía a la niña, pese a los informes médicos.

Un jornalero purgará 11 años de cárcel, ya que ayer un tribunal lo halló culpable de abusar sexualmente de su propia hija de 10 años, a quien habituaba conducir al monte para violarla.

Así lo determinó el alto cuerpo, al condenar al individuo por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”, figura por la cual el fiscal Álvaro Cantos solicitó una pena de catorce años.

La investigación se originó el 30 de diciembre de 2013 en el departamento Moreno.

Tía “salvadora”

Una tía arribó de otra provincia a visitar a la víctima, oportunidad en la que ésta se quebró y le confió las calamidades sexuales a las que era forzada por su padre, quien se encontraba separado de su madre y ya tenía nueva pareja.

La tía informó todo a la progenitora de la niña, quien formalizó la denuncia, trascendió. Durante el juicio, declararon policías, vecinos y médicos.

A su turno, la madre habría manifestado que no le creía al relato de su hija, pese a los informes médicos contundentes.

Los expertos habían confirmado vejaciones de antigua data, en la infortunada víctima.

Asimismo, se sabe que al estallar el escándalo, los padres estaban separados y ahora ya se reconciliaron.

Hospitalizada

En las audiencias, el fiscal habría informado al tribunal que la menor sufrió graves heridas y que el padre la llevó al hospital de Quimilí y habría mentido a los médicos sobre el origen de las lesiones.

Casi ocho años después, la triste historia de la niña llegó a juicio oral.

Durante los alegatos, el fiscal instó al alto cuerpo a condenar al sujeto fijándole 14 años de cárcel.

Alegatos

Para Cantos, no hay nada peor que la desprotección de una niña y que su propio padre le hiciera tamaña daño.

Tajante, el fiscal subrayó que hay delitos especiales, cuyos efectos multiplicadores (como esta causa) quizá hayan marcado de por vida a la víctima.

Finalmente, después de un cuarto intermedio, los vocales sellaron la suerte final del sujeto condenándolo a once años de cárcel.

Recién podría reintegrarse a la sociedad, al cumplir las dos terceras partes de la condena.


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