LAS VOCES DE LOS EXPERTOS

Existe un protocolo que debe ser respetado, pero ¿se lo cumple?

Por Sonia De Marco

De la Redacción de EL LIBERAL

“Existe un protocolo y debe ser respetado. En lo particular siempre lo respeté, pero sí creo que en la Argentina tienden a no respetarlo, porque en mi experiencia como obstetra he tenido pedido de pacientes para inducir el parto para tal día y hora, justamente basado en que otros colegas lo hacían”, expresó el presidente del Tribunal Científico de la Asociación Argentina de Perinatología, Dr. Roberto Kekiklián.

“Es fácil controlar eso. Es algo que quizás el Estado debiera hacer. Si alguien analiza mi propia práctica profesional, se verá cuántas inducciones y cesáreas hice en mi vida, y pese a tener pacientes de alto riesgo, no sobrepaso el 30 por ciento en estas condiciones. Pero cuando uno se encuentra con profesionales que tienen un 80 o 90 por ciento entre inducciones y cesárea programadas, es evidente que estamos haciendo mala medicina. Resulta imposible que este 90 por ciento sean todas personas que tengan una indicación médica correcta de cesárea o inducción. Nunca se podrá determinar eso con un solo caso. Cuando se evalúa la acción de un profesional o de una clínica, lo que debe hacerse es evaluar toda la actuación y todos los casos, porque justificar un caso es relativamente sencillo, pero justificar 100 casos no”, advirtió el experto.

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Y cerró: “Por el otro lado hay exageraciones en sentido contrario. Aparece gente que plantea la declaración de fortaleza que la cesárea no debiera sobrepasar el 15 por ciento, y según mi opinión eso no es algo razonable. Todo es muy variable también en relación a factores que tienen que ver con la administración del propio riesgo, en donde también está involucrada la decisión del paciente”.

Postura

Por su parte, el Dr. Néstor Cioccolani, profesor Adjunto de la Cátedra de Clínica Obstétrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Santiago del Estero también se refirió al protocolo existente, y consideró: “Tenemos protocolizado una tabla de modificación cervical. Se trata de una puntuación que usamos todos los obstetras que valoran ciertas características del cuello como lo es la posición, la consistencia, la longitud cervical, la dilatación, el borramiento y el grado de descenso de la presentación a la pelvis y de acuerdo a esta puntuación, hablamos si la inducción es favorable o desfavorable para realizarla. Es decir, primero se tacta a la paciente, se evalúan estos puntos y si la puntuación da un valor de 7 o más, se realiza la inducción. Mientras que si la puntuación está por debajo no se induce porque sabemos que será un paso no correcto”.


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