CHILCA JULIANA, LA PALOMA

Abandonó a sus cuatro hijos, violó la cuarentena y se instaló en casa de su novio

Lo hizo el 9 de abril y reincidió el domingo pasado. Los funcionarios dijeron basta y ayer condujeron a los niños a casa del padre en el Bº Aeropuerto

Una madre violó la cuarentena para instalarse en la casa de su novio, abandonando a sus cuatro hijos de 6, 9, 11 y 13 años y forzando a un operativo entre fiscal, policías, asistentes sociales Dinaf y comisión municipal que rescataron a los pequeños y entregaron al padre.

Los procedimientos fueron motorizados por personal de la Comisaría Comunitaria Nº 39 de Los Telares, Salavina, y sus pares del destacamento Nº 4 de Chilca Juliana.

Según fuentes que intervienen en el caso, el 9 de abril la mujer dejó a los niños y se fue a lo de su novio, en La Paloma.

Orfandad

El llanto de los chicos movilizó a los policías, ya que carecían de comida, ropa y agua, según confió la menor de 13 años.

Urgente, la madre fue notificada y retornó con los hijos, bajo pena de sufrir consecuencias legales.

Lejos de asumir su responsabilidad, el domingo pasado de nuevo tomó sus cosas y se fue a la casa del novio.

Los chicos lloraron todo el día, de frío y hambre y el oficial Sandoval activó teléfonos y alertó a la Dinaf y a la fiscal Norma Matach.

En horas, los asistentes sociales fueron al barrio y entrevistaron a vecinos.

Matecocido a full

Todos coincidieron en que el abandono era una constante y que los hermanitos subsistían por la generosidad de sus vecinos.

“Matecocido mañana, mediodía y noche no es alimento para nadie”, graficó una mujer, añadiendo que su vecina “vive dejándolos solitos de noche”.

Todos los actores sociales trabajaron coordinados: policías, asistentes, Fiscalía y Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), trascendió.

Y concluyeron que los niños no podían ser expuestos a esa peligrosa soledad maternal.

Operativo salvataje

Rápido, la fiscal Matach pidió ayuda y la recibió de la comisión municipal, que buscó una casa en donde los hermanitos pasaron la noche.

Recibieron ropa y alimentos, lo necesario para superar el trance.

En horas, la policía estableció que el padre reside en el Bº Aeropuerto.

El hombre adelantó que se hará cargo de sus hijos y con ello se activó un vehículo que arribó a la capital ayer, a media mañana, al nuevo hogar de los chicos.

Esposados por la Ley

La mujer fue detenida en las últimas horas, acusada de violar la cuarentena, al igual que su novio.

Ella enfrenta también las consecuencias por haber sumido a sus hijos al abandono, cuyas secuelas anoche eran fácilmente previsibles.

En cuando al aislamiento vulnerado, los cargos le fueron enrostrados por la fiscal María Alejandra Holgado, quien la imputó y fijará fecha de indagatoria.

Traslado

La acusada fue alojada en el destacamento de Chilca Juliana, pero no se descarta que la trasladen a la ciudad capital.

Holgado y Matach anoche planificaban una estrategia en común, condicionadas por el Covid-19 y las dificultades obvias por el traslado de personas.

El entorno de la imputada deslizó que no dimensionaría lo delicada de su situación.

Puede perder la Patria Potestad de sus hijos, como última instancia judicial

Para la Ley, la “Patria Potestad” es el derecho, y obligación, que tienen los padres sobre los hijos que aún no están emancipados.

De hecho, hasta ayer ese derecho descansaba en la mujer que acaba de perder la libertad.

Que interviniesen las autoridades y encontrasen a los cuatro menores hambrientos y solos, implica un hecho grave.

Las fiscales acudieron a remediarlo, pero la responsabilidad más sustanciosa será potestad de un juez de Familia, respaldado en los funcionarios que actuaron en Salavina.

Hay casos en que una madre pierde la “Patria Potestad” y la de esta historia tiene similitud y reuniría esos reproches.

Soledad, hambre, frío, y dos actitudes recientes, ante un juez, asoman indefendibles.

Desde esa perspectiva, el horizonte de la imputada hoy reluce de grises preocupantes.

Sin embargo, la tendencia habitual de los jueces es revincular a una madre con su hijo y ello puede avizorar una 2da oportunidad.

Pero lograrla también suele demandar controles, entrevistas, un socio ambiental, pericias y una batería de medidas.

En la práctica, cualquier resolución estará precedida de una exhaustiva investigación y certezas de que esa madre no se convertirá en un peligro para el hijo y sí podrá garantizarle amor, alimentos y educación.l


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