Bº RAMÓN CARRILLO

La Fiscalía teme que el policía Scapolatempo, en libertad, atente contra su expareja Érika Galván

El equipo de la fiscal Cecilia Gómez Castañeda neutralizó la libertad de Gustavo Scapolatempo.

Defensa y Fiscalía protagonizaron una áspera audiencia en los tribunales, resueltos en lograr la libertad -o impedirla-, del policía Gustavo Scapolatempo, preso por dispararle en el abdomen a su expareja Érika Galván.

“Amenazas coactivas y homicidio calificado en grado de tentativa” son los cargos subrayados ayer por los doctores Gustavo Benjamín Zavalía y Santiago Mulki, integrantes del equipo de la fiscal Cecilia Gómez Castañeda.

Enfrente, las defensoras Mabel y Leticia Bravo instaron a la jueza de Género, Norma Morán, a reintegrarlo de inmediato a la sociedad.

Por el sí

Para las abogadas defensoras, el policía no tuvo nada que ver con el disparo efectuado el 19 de septiembre en una casa de Garibaldi y Brandsen.

Según Mabel Bravo, Érika se encerró en el baño e intentó quitarse la vida.

Vale destacar que según la víctima, su expareja arribó para hablar y después se trasladaron a una de las habitaciones.

Érika habría señalado que el policía empezó a quitarse la ropa y ella le aclaró que no quería nada.

Acto seguido, la joven corrió hacia el baño y se habría encerrado.

Ahondó que puso una bala en la recámara. Él notó que estaba en el baño y fue tras ella. “Dejate de b...”, habría gritado el policía, mientras Érika permanecía encerrada.

“Empujó la puerta”

Según la Fiscalía, el policía “empujó la puerta. Ahí salió un disparo y saltó un pedazo de mosaico en la pared de la bañera”.

Hubo un segundo empujón que dio en la mano de Érika y accionó el segundo tiro que le dio de lleno en el abdomen.

Para la Fiscalía la investigación es compleja, ya que Scapolatempo aún no habría explicado por qué tenía pólvora si es que él estaba fuera del baño.

Más allá de que el proceso destacó el relato de Érika, los peritos sospechan que ambos no dijeron toda la verdad.

De eso se aferró el equipo fiscal para oponerse a “la falta de mérito, excarcelación y arresto domiciliario”, pretendido por la defensa.

Dado a la magnitud de los planteos, la magistrada difirió su resolución para la semana próxima. Por lo tanto, el policía seguirá preso todo el fin de semana.

Sugieren una presunta línea tóxica intermedia entre el suicidio e intento de homicidio

Para la Fiscalía, los antecedentes que precedieron al disparo desnudarían la personalidad e injerencia tóxica en la vida de Érika Galván.

Citaron un incidente en el año 2014 que terminó con una denuncia de Érika y el policía pasado a disponibilidad.

No es todo. Según los investigadores, en una ocasión el policía habría conducido a Érika a la vera del río Dulce y le habría gatillado el arma en la cabeza, para que le revelara si tenía una nueva pareja.

Muy a pesar de que la Justicia focalizará su decisión final en lo ocurrido en la casa el 19 de septiembre, la Fiscalía reclamó a la jueza extremar las medidas para evitar que Érika sufra al recibir el alta médica.

Aún sin plasmarlo, los abogados dejaron entrever que nadie puede garantizar que libre, Scapolatempo no persista en atosigar a la joven.

De acuerdo con los policías, Scapolatempo habría llegado al extremo de golpear a su ex suegro, mostrándole el arma reglamentaria.

La víctima no lo habría denunciado, ya que intercedió el padre del policía y le pidió por favor que olvidara todo, ya que su hijo podría perder su trabajo en la fuerza.


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