Causas de la visión borrosa en primavera
Por Dr. Ricardo Passone. Soc. de Oftalmología Sgo. del Estero
Llega el cambio de estación y, con la primavera, arranca también la época de las alergias. Dice el refranero popular que la primavera la sangre altera, pero también afecta a nuestra vista. Y es que hay muchas sustancias que pueden provocar alteraciones oculares de cierta importancia, como la conjuntivitis alérgica o la queratoconjuntivitis atópica. Ya que la alergia ocular primaveral suele afectar a la conjuntiva.
La conjuntiva es una membrana que cubre la superficie anterior del globo ocular y la parte interna del párpado, y sirve de defensa ante las infecciones y los traumatismos.
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Con la primavera aumenta la presencia del polen y las esporas del moho, que afectan a esta membrana y desencadenan una respuesta inflamatoria que provoca la aparición de los síntomas de la conjuntivitis alérgica:
Picor intenso
Ojos llorosos
Enrojecimiento
Visión borrosa
Inflamación de los párpados
Secreciones viscosas
Las publicaciones médicas sobre las consultas más frecuentes en oftalmología definen cómo los trastornos durante la primavera son una de las principales causas de consulta médica.
El aumento de las horas de luz, es uno de los principales factores de alteración hormonal.
Un ejemplo de cómo el cambio ambiental puede hacernos consultar al oftalmólogo es el aumento de las horas de luz. Este aumento de exposición a la claridad solar afecta a nuestro cuerpo haciendo reaccionar cambios fisiológicos.
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Para evitar la irritación ocular primaveral debemos prevenir, en lo posible, la exposición directa a la luz sin protección usando gafas de sol. No es necesario que sean de un filtro intenso como las gafas para el reflejo de la nieve, pero sí de una protección adecuada para la estación en la que estamos.
Si además de la luz, tenemos alguna otra sintomatología como sequedad ocular, podemos aliviar los síntomas con el uso de gotas lubricantes, mediante compresas frías sobre los ojos para que alivien la inflamación. O tomando antihistamínicos orales, tratando de evitar que puedan provocar el síndrome del ojo seco. Si a pesar de estos tratamientos, la alergia ocular primaveral no mejora, deberemos acudir a un especialista para que nos indique otro tratamiento, como antinflamatorios o antihistamínicos en gotas, o los esteroides oftálmicos suaves para casos más graves.
Qué es la astenia primaveral
Con la primavera cambia el tiempo, subiendo la temperatura y la presión atmosférica, y aumenta el número de horas de luz diurna, con lo que se modifica nuestra rutina diaria. Más de la mitad de la población sufre estos cambios y puede presentar alguno de los síntomas de la astenia primaveral, considerada un trastorno adaptativo:
Falta de energía
Cansancio y somnolencia
Alteraciones del sueño
Ansiedad
Irritabilidad Cefaleas
Pérdida de apetito
Problemas de concentración
Falta de motivación
Dependiendo de cada persona, la astenia primaveral desaparece en una o dos semanas, ya que las personas alérgicas al polen pueden sufrir con más intensidad los síntomas. Pero sí podemos tomar ciertas medidas para minimizar los efectos y acelerar la adaptación de nuestro organismo a los cambios de estación.
Otras opciones que mejoran siempre nuestro estado y que pueden mejorar nuestra vista son:
Ejercicio físico moderado, para eliminar el estrés y facilitar la conciliación del sueño.
Adaptar la alimentación, comiendo más frutas y verduras, y reduciendo los alimentos hipercalóricos.
Hidratación, para recuperar los líquidos que perdemos a través del sudor.
Mantener las rutinas del sueño, para que sea reparador y evitemos las alteraciones del sueño.
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No tomar vitaminas, una buena alimentación proporcionará a nuestro organismo las vitaminas necesarias, pero un exceso puede perjudicar la salud.
Anticiparse al cambio horario, manteniendo regulares los horarios de comida y sueño.
El polen es transportado tanto por insectos como por el propio aire, motivo por el que la primavera es el momento en el que suelen desarrollarse las alergias oculares.
A continuación, te damos 4 claves para evitar los molestos síntomas que provocan las alergias oculares en esta época del año.
Higiene. Lavarse las manos a menudo es un aliado contra todo tipo de infecciones y alergias. Aun así, intenta no frotarte los ojos con las manos, pues tan solo conseguirás empeorar la alergia ocular. Por otro lado, también se aconseja ducharse antes de ir a dormir, para deshacerse de todas las sustancias que el cuerpo pueda haber retenido durante el día, evitando así que acaben en la cama.
Ropa. Es importante no tender la ropa en el exterior o, en su defecto, sacudir bien todas las piezas de ropa antes de guardarlas en el armario. También deberías cambiar de ropa al llegar a casa y utiliza gafas de sol cuando estés en el exterior.
Hogar. Además de la ropa del hogar, ten en cuenta que las horas centrales del día son las mejores para ventilar la casa. Por el contrario, durante las primeras horas y por la tarde, las emisiones de polen son mayores y deberías intentar no abrir las ventanas durante esos momentos. Asimismo, si tú o algún miembro de la familia sufren una alergia ocular grave, puedes colocar filtros anti polen en los aparatos de aire acondicionado, en las ventanas y en el coche.
Infórmate. Puedes informarte, a través de aplicaciones y sitios web específicos, para conocer los niveles de polen en tu ciudad, así como la velocidad del viento. De esta forma, podrás intentar evitar los exteriores en los días con mayores niveles de polen. Por último, conocer tu alergia ocular a fondo te ayudará a tratarla cuando sea necesario y a prevenir mejor los síntomas.
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Si notas alguno de los síntomas que provoca la llegada de la primavera, es aconsejable una visita al Oftalmólogo para un mejor control y revisión del estado de nuestra salud visual.