A un mes de las PASO y a siete semanas de la primera vuelta
Por Rosendo Fraga. Consultor y analista político
No hay enfrentamientos entre los integrantes de la fórmula del Frente por Todos, pero sí entre sus equipos. Es que comienza la puja por los espacios de poder en un eventual gobierno.
Faltan menos de 45 días para la primera vuelta y han pasado ya más de 30 desde las PASO. Se inició la campaña el 7 de setiembre, de acuerdo con la ley electoral. La Argentina vive una crisis política, de acuerdo con el efecto de las primarias. El presidente Macri es visto por la mayoría sin posibilidades de ser reelecto y en consecuencia su poder se ve limitado. El probable triunfador, Alberto Fernández, no lo ejerce, pero sus manifestaciones y señales generan efectos políticos y económicos.
Hay diálogo entre oficialismo y oposición y ambos han reducido en los últimos días la confrontación. Pero están lejos de un acuerdo que pueda garantizar una transición, sin agudización de la crisis, política, económica y social. Las medidas del Presidente estableciendo mayor intervención en la economía (reprogramación selectiva de deuda, control de cambios, extensión de controles de precios etc.) coinciden con lo que Fernández haría y desde esta perspectiva lo favorecen. Pero ellas no han sido consecuencia de un acuerdo político, sino de la prioridad que Macri ha puesto en mantener estable el dólar no sólo hasta la elección, sino hasta la entrega del poder el 10 de diciembre.
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La combinación de intensificación de la campaña electoral y falta de un acuerdo político harán más difícil tanto la situación económica como la política. Las dificultades que encontró el oficialismo para que el Congreso trate el proyecto de reestructuración de deuda son un ejemplo al respecto. Al mismo tiempo, la oposición intentará tratar esta semana el proyecto de "emergencia alimentaria" que rechaza el gobierno.
Alberto Fernández viajó a España y lo hará a México, mostrando una línea de centro-izquierda, mientras que Cristina Kirchner reaparece con un lenguaje populista, pero sin sobre-actuación. El candidato ganador en las PASO se reunió con el Presidente del Gobierno Español (Sánchez) y con el anterior jefe de gobierno de su partido (Rodríguez Zapatero). Ambos representan una línea de centro-izquierda, en el contexto de la Social-Democracia europea. Fernández se reunió también con empresarios, pero en declaraciones públicas criticó la subordinación a Trump que ha tenido el gobierno de Macri.
Cristina por su parte realizó presentaciones de su libro en La Plata y Misiones. Dijo que pagaría la deuda "pero no a costa del pueblo", que "los que más tienen soportarán la mayor carga" y "nadie duda de que la plata del FMI entró, la duda es donde está". El próximo viaje de Alberto Fernández será a México y buscará mostrar que su política exterior será la de López Obrador: un punto intermedio entre Bolsonaro y Maduro. No hay enfrenamientos entre los integrantes de la fórmula del Frente por Todos, pero sí entre sus equipos. Es que comienza la puja por los espacios de poder en un eventual gobierno.
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Juntos por el Cambio comienza su campaña, con la misma estrategia, equipos y asesores, pero Vidal y Larreta toman distancia realizando campañas propias. Marcos Peña es el jefe de campaña, Durán Barba el estratega, los encuestadores son los mismos, al igual que los mecanismos de segmentación en las redes sociales. Sólo que se pondrá más énfasis en la "defensa de la República" que en la "libertad económica", dadas las medidas tomadas frente a la crisis post-PASO.
Pero si bien la campaña de Macri es la misma, ello no sucede con Vidal -reforzada antes sus votantes con la marcha por su cumpleaños- y Larreta, que han definido su propia estrategia electoral al margen de la Casa Rosada. En realidad, buscan independizarse de Macri, para evitar que su mala imagen les reste votos. Lograr que Trump influya ante el FMI para que llegue el desembolso retenido es prioritario para el Presidente. Pero el gobierno de EE.UU., como es lógico, está adoptando una actitud más neutral respecto a Argentina, como lo muestran el trascendido de un vocero del Departamento de Estado frente a las críticas de Alberto Fernández.
El viaje del Ministro de Economía (Lacunza) -quien habría logrado independizarse de Peña- a Washington para destrabar el desembolso, está a la espera de que el gobierno estadounidense de señales favorables al respecto. Macri recibió al Ministro de Defensa chino -es el número tres en el poder real dentro de su país y visitó el país en el marco de una gira regional- pero sin que ello pueda tomarse como un cambio de estrategia externa, ni un intento de obtener apoyo en la potencia asiática, dada la reticencia de EE.UU. tras las PASO.
El Presidente este mes viaja a New York para hablar -como todos los presidentes del mundo que lo solicitan- ante la Asamblea de la UN, oportunidad que tratará de aprovechar para reunirse con Trump y otros jefes de gobierno de países occidentales, buscando revitalizar su apoyo externo en momentos que lo necesita.
Con crisis política, situación económica frágil y el apoyo externo en duda, el "control de la calle" es una variable decisiva en este tipo de contexto. Cuando a principios de la semana pasada, el gobierno decía que tenía la situación social bajo control, se precipitaron hechos que mostraron lo contrario: el conflicto de Chubut, con el prolongado paro con cortes de ruta y de accesos a las plantas petroleras, sin que el Estado intervenga durante un mes, hizo que los trabajadores petroleros liberaran los accesos mediante la violencia; ello originó el jueves 5, un paro nacional de docentes en apoyo de los maestros chubutenses agredidos; el mismo día en Iguazú, turistas que no podían pasar al aeropuerto por un corte de piqueteros, fueron agredidos por ellos, sin que interviniera la fuerza pública; entre miércoles y jueves, movimientos sociales acamparon frente al Ministerio de Acción Social, anunciando que la semana que se inicia podrían hacerlo por dos días y el viernes 6, una protesta del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, terminó con incidentes con la policía con heridos por ambas partes y detenidos.
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Cada protesta puede tener su causa específica, pero en conjunto muestra un fenómeno que alerta sobre el riesgo de perder el control de la calle. Tanto Lavagna, como la Iglesia Católica, los pastores evangélicos, los movimientos sociales, la CGT y la mayoría de la oposición reclama se declare la "asistencia alimentaria", por la crítica situación social, en lo que coincide el INDEC con la Universidad Católica Argentina (UCA) y las ONGs. El gobierno se niega argumentado que tiene bien abastecidos los comedores populares. Esta semana, la oposición tratará de llevar el proyecto al Congreso para su tratamiento. (Nueva Mayoría)