El chofer habría intentado coimear con $ 200.000 a los gendarmes
La detención de la marcha del camión al peaje, conllevaba el sólo fin de que el conductor pagase la tarifa habitual.
Sin embargo, a los pocos minutos los gendarmes le prestaron mucha atención, cuando tomaron en consideración la capacidad de transporte.
Había un entrecruzamiento de información con Salta y era entonces ése vehículo el
que venía siendo monitoreado por gendarmes de las dos provincias.
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El “seguimiento controlado” habría sido concertado por el juez Federal tucumano, Daniel Bejas, quien requirió a los santiagueños “sutil” vigilancia.
Una vez que el conductor arribó al peaje, quizá intuyó que sopechaban de él.
Audacia en vano
Al instante, habría pretendido sobornar a los gendarmes primero con $ 100.000 y después, más persuasivo aún, elevando la coima a $ 200.000.
Al no surtir efecto, fue descendido del camión y neutralizado por los gendarmes.
Urgente, partió la notificación para el magistrado y los gendarmes de Salta.
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Los salteños pusieron en marcha sus procedimientos y al cierre de esta edición planificaban redadas en Orán y Tartagal en busca de más miembros de la banda.
Así, el juez Federal timoneaba dos procedimientos simultáneos, ya que todos tienen la certeza de que el camionero representaba apenas un eslabón intrascendente en la larga cadena de drogas y cuyos vendedores residirían en Bolivia.