Estados Unidos e Irán podrían acordar de la mano de Francia
BIARRITZ, Francia. Estados Unidos e Irán, que rompieron relaciones en 1979 tras el triunfo de la Revolución Islámica, están a semanas de mantener un encuentro histórico si se cumplen los designios del presidente francés, Emmanuel Macron.
La cumbre del G7 en Biarritz ha traído como resultado más visible el acercamiento auspiciado por Francia entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el iraní, Hasan Rohaní, que abre la puerta a una reunión que por el momento no ha sido descartada por ninguna de las partes.
“Si las circunstancias son correctas, estaría ciertamente de acuerdo (en reunirme con Rohaní)”, con esas palabras, Trump coronaba el deseo que había expresado Macron minutos antes en una rueda de prensa conjunta.
El camino hasta esa frase ha atravesado a lo largo de este fin de semana diferentes jalones.
Macron había señalado que ‘se dan las condiciones’ para que el presidente estadounidense y el iraní se vean las caras, y que ese encuentro podría cerrarse “en las próximas semanas”.
Esto se debe, a su juicio, a que se ha producido un cambio relevante en la postura de Teherán, después de que Rohaní dijese en la mañana del lunes que dialogará con cualquier país si eso beneficia a Irán.
El trasiego diplomático del fin de semana en Biarritz, con la visita sorpresa el domingo del negociador iraní, Mohamad Yavad Zarif, para reunirse con Macron al margen de la cumbre, sentó las bases de un acercamiento que contó siempre con el conocimiento de Trump.
El presidente francés prefiere hablar de ‘iniciativa concertada’ y no de ‘mediación’. Pero lo cierto es que EE.UU. e Irán parecen más cerca que antes, después de que Washington abandonase el año pasado el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 y de que Teherán retomase las actividades de enriquecimiento de uranio por encima del límite permitido.
El G7 convino en que cualquier negociación debe ir encaminada a evitar que Irán se haga con el arma nuclear y a garantizar la estabilidad en la región.