Pares craneales: los 12 nervios que salen del cerebro
Los pares craneales son un conjunto de nervios que salen directamente del encéfalo, a diferencia del resto de nervios del sistema nervioso. En este escrito les mostraré y veremos cuáles son y qué los caracteriza, cuál es su ubicación, y qué funciones tienen en el cuerpo humano.
¿Qué son los pares craneales?
De manera general, se puede decir que el encéfalo humano se comunica con casi todos los nervios del cerebro a través de la médula espinal. Así, por ejemplo, la información que nos llega sobre lo que tocamos con las manos es recogida por nervios que recorren el brazo hasta llegar a la médula espinal, y de ahí al cerebro, desde donde se emitirá la orden de seguir examinando el objeto. Esta orden eferente saldrá del cerebro también a través de la médula espinal, y llegará al brazo correspondiente a través de las fibras nerviosas que salen de esta. Sin embargo, esto no es una regla que se cumpla siempre, ya que también hay algunos nervios que salen directamente del encéfalo, sin nacer en la médula espinal. Se trata de los pares craneales, o nervios craneales, que surgen de la parte inferior del encéfalo y llegan a sus zonas de destino atravesando unos pequeños agujeros repartidos por la base del cráneo. Desde estos orificios, los pares craneales se comunican con áreas periféricas. Además, aunque pueda parecer extraño, no todos estos nervios craneales tienen la función de alcanzar áreas y órganos que se encuentran en la cabeza. Algunos se extienden hacia el cuello e incluso la zona del abdomen.
¿Cómo se clasifican y distribuyen los pares craneales?
Los pares craneales se llaman así porque se cuentan a pares, al existir uno tanto en el lado derecho como en el izquierdo del cerebro. Así, hay doce nervios craneales apuntando hacia el hemisferio derecho y otros doce apuntando hacia el izquierdo, de manera simétrica. Cada par está numerado con un número romano según si la posición desde la que salen del encéfalo más o menos cerca de la zona frontal. De hecho, los nervios craneales pueden ser agrupados y clasificados en categorías según dos criterios; el lugar del que parten y su función.
Pares craneales clasificados según su posición
Partiendo desde áreas que están por encima del tronco del encéfalo están los pares I y II.
Partiendo del mesencéfalo (la parte superior del tronco encefálico), están los pares craneales III y IV.
Partiendo del puente de Varolio (o puente troncoencefálico), están los nervios craneales V, VI, VII y VIII.
Partiendo del bulbo raquídeo (en la parte más baja del tronco encefálico) están los nervios IX, X, XI y XII.
Pares craneales clasificados según su función
Sensitivos: los pares I, II y VIII.
Relacionados con los movimientos de los ojos (y sus partes) y los párpados: los pares craneales III, IV y VI.
sRelacionados con la activación de músculos del cuello y la lengua: los pares craneales XI y XII.
Nervios craneales mixtos: los pares V, VII, IX y X.
Fibras parasimpáticas: nervios III, VII, IX y X.
¿Cuáles son los pares craneales?
1. Nervio olfatorio (par craneal I)
Tal y como su nombre indica, este nervio craneal se dedica a transmitir específicamente información nerviosa sobre lo que se detecta a través del sentido del olfato, y por lo tanto es una fibra aferente. Es el más corto de los pares craneales, ya que su lugar de destino está muy cerca de la zona del encéfalo por la que surge.
2. Nervio óptico (par craneal II)
También forma parte de las fibras aferentes, y se encarga de transmitir al cerebro la información visual que se recoge desde el ojo. Surge desde el diencéfalo.
3. Nervio oculomotor (par craneal III)
También conocido como nervio motor ocular común, este nervio craneal manda órdenes a la mayoría de músculos que intervienen en el movimiento de los ojos, y hace que la pupila se dilate o se contraiga.
4. Nervio troclear, o patético (par craneal IV)
Como el nervio oculomotor, este par craneal se ocupa del movimiento de los ojos. En concreto, le manda señales al músculo oblicuo superior del ojo. El lugar del que surge este par de nervios es el mesencéfalo.
5. Nervio trigémino (par craneal V)
Se trata de uno de los pares craneales mixtos, porque tiene funciones tanto motoras como sensoriales. En su faceta de nervio motor, manda órdenes a músculos encargados de realizar los movimientos de la masticación, mientras que como nervio craneal sensorial recoge información táctil, propioceptiva y del dolor de varias zonas de la cara y la boca.
6. Nervio abducente (par craneal VI)
Este es otro de los pares craneales encargados de hacer que el ojo se mueva. En concreto, se encarga de producir la abducción, es decir, que el ojo se mueva hacia el lado opuesto a donde está la nariz.
7. Nervio facial (par craneal VII)
Es uno de los pares craneales mixtos. Se encarga tanto de mandar órdenes a músculos de la cara dedicados a crear expresiones faciales (permitiendo así socializar y comunicar correctamente) como a las glándulas lagrimales y salivales. También recoge datos gustativos de la lengua.
8. Nervio vestibulococlear (par craneal VIII)
Es uno de los pares craneales sensoriales, y recoge información de la zona auditiva. En concreto, recibe datos relativos a lo que se oye y a la posición en la que nos encontramos respecto al centro de gravedad, lo que permite mantener el equilibrio.
9. Nervio glosofaríngeo (par craneal IV)
Es un nervio tanto sensitivo como motor y, tal y como su nombre indica, tiene influencia tanto en la lengua como en la faringe (el conducto que comunica la boca con el estómago). Recibe información de las papilas gustativas de la lengua, pero también manda órdenes tanto a la glándula parótida (salival) como a músculos del cuello que facilitan la acción de tragar.
10. Nervio vago (par craneal X)
Este par craneal lleva órdenes a la mayoría de los músculos faríngeos y laríngeos, manda fibras nerviosas del sistema simpático a vísceras que se encuentran en la zona de nuestro abdomen y recibe información gustativa que llega desde la epiglotis. Al igual que el nervio glosofaríngeo, interviene en la acción de tragar, de modo que tiene mucha relevancia dado lo importante de esta función vital.
11. Nervio accesorio (par craneal XI)
A este par craneal también se lo conoce como nervio espinal. Se trata de uno de los pares craneales puros, y activa los músculos trapecio y esternocleidomastoideo, que intervienen en el movimiento de la cabeza y los hombros, de modo que sus señales se hacen notar en parte de la zona superior del tórax. En concreto, permite que la cabeza quede decantada hacia un lado y que pueda inclinarse hacia atrás.
12. Nervio hipogloso (par craneal XII)
Al igual que el nervio vago y el glosofaríngeo, activa músculos de la lengua y participa en la acción de tragar. Así pues, trabaja junto a los pares craneales IX y X para permitir que la deglución sea realizada correctamente, algo fundamental para el buen estado del organismo.
Ptosis mecánicas
Las ptosis mecánicas se producen cuando hay un aumento del peso o el volumen palpebral. Este tipo de cuadros se complican a la larga con desinserciones del párpado elevador, provocando ptosis aponeuróticas. En este grupo de ptosis se incluyen: los edemas palpebrales de distintas causas; los tumores palpebrales; tumores orbitarios; la dermatocalasia o exceso de piel en el párpado superior; y los casos de cicatrización conjuntival, en los que hay un acortamiento de los fondos de saco conjuntival que tracciona el párpado.
Ptosis traumáticas
Las ptosis traumáticas se originan por un trauma que afecta a la aponeurosis, el músculo elevador del párpado superior o el mismo nervio. Este tipo de ptosis suelen aparecer con mayor frecuencia en individuos de más de 18 años. Los impactos traumáticos pueden ser de diversa índole, aunque en la mayoría de los casos suceden a causa de una herida penetrante del músculo elevador o por laceración o desinserción de la aponeurosis.
Síntomas
El signo clínico más evidente de la ptosis palpebral es el párpado caído. Según la severidad de la caída del párpado, las personas que padecen esta afección pueden experimentar dificultades en la visión. En ocasiones, los pacientes necesitan inclinar la cabeza hacia atrás para poder ver por debajo del párpado, o incluso tienen que elevar las cejas repetidamente para tratar de levantar los párpados. El grado de caída del párpado es diferente en cada persona. Para saber realmente si alguien tiene este trastorno, se sugiere comparar una foto reciente del rostro con una de 10 o 20 años de antigüedad. Si se observan diferencias notables en la piel de párpado, es aconsejable acudir al especialista. La ptosis palpebral puede tener similitudes con la dermatocalasia, un grupo de afecciones del tejido conectivo que provoca un exceso de piel en el párpado superior. Esto suele producirse por efecto del paso del tiempo, ya que la piel pierde elasticidad y va acumulándose, lo que provoca un aspecto de párpado cansado y envejecido. En resumen, se puede decir que los síntomas asociados a la ptosis palpebral más habituales son los siguientes:
v Descenso del párpado superior que cubre parcial o totalmente el ojo.
v Reducción del campo visual dependiendo del área pupilar ocluida.
v Necesidad de inclinar la cabeza hacia atrás.
v En algunos casos, la persona necesita levantar el párpado con su propio dedo.
Tratamiento
El tratamiento de la ptosis suele necesitar de procedimientos quirúrgicos. El objetivo de la cirugía es reparar el músculo que eleva el párpado o, en caso de que éste no funcione y esté completamente inmóvil, usar la frente como mecanismo accesorio, de modo que se pueda encontrar un punto de anclaje en el músculo situado sobre las cejas para aprovechar su movilidad. Este tipo de tratamiento, denominado blefaroplastia, es una intervención estética de carácter no invasivo que se realiza en los párpados superiores. Durante el procedimiento se elimina el exceso de piel y grasa que se encuentra en los párpados, de modo que el paciente puede recuperar una apariencia normal. Son intervenciones relativamente rápidas (entre 45 minutos y 1 hora) que se realizan con anestesia local, tienen un período de recuperación corto y no requieren de ingreso hospitalario.
Este procedimiento no está exento de contraindicaciones, al no estar recomendada para personas con problemas de salud que puedan incrementar el riesgo de la intervención. Tampoco se recomienda a mujeres embarazadas ni a pacientes con problemas de sequedades de ojo, hipertensas, diabéticas, con problemas de cicatrización, infecciones activas o que sufran desprendimiento de retina. Hablo de este tipo de patología porque se produce en muchas ocasiones con las disfuncionalidades de muchos pares craneales en donde los pacientes comienzan con un problema neurológico, luego pasan a una sintomatología neuropsicológica en donde se ve involucrada la visión que no deja de ser parte de nuestro SNC y nuestro SNP, y termina siendo una patología en comorbilidad con algún daño cerebral a través de sus pares craneales y que no deja de ser un abordaje en muchas ocasiones interdisciplinar, la visión como todo los procesos de información sensoperceptivos son síntomas involucrados en el manejo de la neuropsicología, la neurología y la clínica y por supuesto en el área de la oftalmología como principal área a evaluar; pero no quería cerrar este escrito importantísimo aclarando que seguramente lo manejará mucho mejor a este tipo de patologías los oftalmólogos pero así también lo haría de una forma interdisciplinar el neuropsicólogo y todo lo que corresponde a la psicología clínica y la medicina neurológica. Muchas gracias! l