Detención y restricciones para comerciante tras agredir a su ex concubina en Añatuya
Un comerciante de Añatuya tiene penado acercarse a 200 metros de su ex pareja, quien le enrostró un castigo físico en el interior de su casa.
De acuerdo con la causa, los protagonistas serían el comerciante Ceballos y la damnificada, Palavecino, quienes tienen en común un hijo pequeño.
En su denuncia, Palavecino habría señalado que el 30 de junio él la llevó a la fuerza a su vivienda y sometió a un duro castigo, a trompadas y patadas.
Por el contrario, él corrigió: “No la llevé. Ella vino a casa solamente a insultarme”, se supo.
Sea cual fuere el orden lógico de cada protagonista, se sabe que él la habría atacado físicamente y le causó lesiones de suma consideración.
Sobrevino una causa en órbitas de la fiscal Cecilia Rímini, quien requirió a la jueza de Control y Garantías, Gladys Liliana Lami, la detención de Ceballos por “lesiones graves”.
Por las dudas, el comerciante bajó el perfil y desapareció del mapa añauyense.
Retornó recién el viernes último, al presentarse ante la Justicia asistido por el abogado Gabriel Toloza.
Fue indagado e informado sobre los cargos atribuidos por Palavecino, quien de a poco evoluciona de las lesiones.
Después, Ceballos fue llevado a audiencia, a cargo del juez Álvaro Mansilla.
En su transcurso, la Fiscalía señaló que la conducta de Ceballos fue de neto sesgo de violencia y que la investigación prevé aún muchos capítulos y medidas en proceso.
Enfrente, Toloza instó a Mansilla a la excarelación de Ceballos, por entender que libre no gravitará, menos entorpecerá, la incipiente causa.
Tal cual, Mansilla liberó al comerciante, previo fijarle fianza e imponerle duras reglas de conducta: restricciones e impedimento de contacto total.
Asimismo, Ceballos ahora litigará en otro fuero respecto del vínculo del niño en común con Palavecino.