No pudo viajar en colectivo con sus perros e hizo 1.200 km a dedo
Un joven de 23 años fue protagonista junto a dos perritos de la historia más tiernas que podrías leer hoy en Internet.
Todo comenzó cuando Lucas Giménez emprendió un viaje con su novia con destino a Perú, pasando por el norte argentino y Chile.
Fue en el país trasandino que la pareja, oriunda de Mendoza, adoptaron dos perritos callejeros a los que bautizaron como Pilsen y Serena. Los cachorros rápidamente se acoplaron a la travesía de los dos jóvenes.
En la Argentina, emprendiendo regreso, los jóvenes sufrieron un robo en la localidad jujeña de Abra Pampa.
Sin teléfonos, ni dinero, sus familias perdieron contacto con ellos pero afortunadamente lograron comunicarse a través de la policía a Mendoza y el padre de la chica viajó a buscarlos.
Pero la empresa de colectivos en el que iban a regresar todos (Lucas, Sol, su padre, y los perritos Pilsen y Serena), informó que no se permitían animales a bordo.
Lucas no lo dudó. Optó por quedarse en Jujuy e intentar regresar a dedo hasta Mendoza, Sol y su papá volvieron a la provincia en un colectivo de larga distancia. "Sin ellos no viajo. Vayan ustedes. Yo me voy a demorar más, pero vuelvo con los perros”, les dijo.
Fue así como el muchacho comenzó la caminata por las rutas. En el trayecto, dos hermanas tucumanas volvían a la capital de su provincia desde la localidad de Trancas, donde habían asistido a un congreso de educación, cuando vieron a Lucas con los perros por la avenida Circunvalación.
“Le ofrecimos llevarlo en el auto porque nos contó que ya estaba ampollado y los perritos estaban cansados. Les dimos agua, galletas, ayuda económica, algo para él. Así pensaba viajar hasta Mendoza. Los perritos son súper educados, se sentaron sobre la alfombra de manera ordenada, tranquila, no ladraban, hermosos”, manifestó una de las chicas tucumanas que transportó al aventurero mendocino.
Su travesía se viralizó tanto en las provincias del norte argentino, que una pareja tucumana, Natalia y José, se ofreció a llevarlo hasta Rivadavia.
Y así fue que Lucas, junto a Pilsen y Serena, llegaron a su casa en Corralitos, Maipú, y se reunió con su familia, después de 1.200 kilómetros recorridos a dedo.