PSICOLOGÍA

Efebofilia: síntomas, causas y tratamiento de esta parafilia

Por el Lic. Mariano Vega Botter. Neuropsicólogo.

La sexualidad es parte importante de nuestro ser; nuestra manera de vivirla es diversa y los intereses y objetos de deseo que podemos tener pueden ser profundamente variados. Sin embargo, algunas personas desarrollan una fijación o experimentan intensas fantasías con objetos de deseo inusuales, poco convencionales o incluso delictivos, que generan una profunda insatisfacción o padecimiento a quienes la padecen o a sus objetos de deseo. Uno de estos casos es el de la efebofilia, la atracción sexual por adolescentes menores de edad, de la cual voy detallar a lo largo de este artículo.

Filias y parafilias: definición, tipos y características


Aunque el término “filia” tiene un significado muy amplio y puede hacer referencia a cualquier tipo de afición, en Psicología lo utilizamos sobre todo en el campo de la sexualidad. Cuando las filias son muy marcadas y atípicas hablamos de parafilia. En este artículo describiré las características de los tipos de filias y parafilias más habituales o llamativas. Para contextualizar estas categorías es importante definir previamente los conceptos de filia y parafilia.

Definición de filia y parafilia


La palabra “filia” viene del griego “philos”, que podríamos traducir como “amor” o “amistad”. Se suele utilizar como sufijo para designar la afición o el gusto intensos por un elemento determinado, que puede o no ser de tipo sexual; así, una persona cinéfila es aquella que disfruta mucho del cine, y la filatelia es la afición de coleccionar sellos. No obstante, en psicología la sexualidad es el campo donde este concepto aparece de forma más habitual. Dentro de este ámbito las filias se solapan con las parafilias, definidas como patrones de conducta sexual en los que el deseo, la excitación o el placer dependen en gran medida de elementos atípicos, aunque esto no necesariamente conlleva una patología. Las parafilias son inofensivas si no conllevan el malestar de la persona ni de otras, de forma que en muchos casos simplemente consisten en una preferencia sexual. Esto suele suceder en el fetichismo (excitarse con un objeto o parte del cuerpo), entre otras filias. Sin embargo, a veces estas preferencias implican a personas que no consienten o simplemente dificultan las relaciones de pareja. El término “filia” se contrapone al de “fobia”, que se utiliza para hacer referencia a miedos o aversiones irracionales. Como las filias, las fobias pueden en ocasiones ser de tipo sexual; por ejemplo, la erotofobia o genofobia es la aversión a las relaciones sexuales, mientras que la palabra “medomalacufobia” hace referencia al miedo a perder una erección.

Tipos de filia y sus características

A continuación haré una breve descripción de las características principales de distintos tipos de filias y parafilias. Asignarles una u otra etiqueta depende de la intensidad de la preferencia, del malestar que conlleven a la persona o a otros y del punto de vista de cada experto. 1. Fetichismo El fetichismo es la preferencia sexual por objetos inanimados o bien por partes concretas del cuerpo. Dos de las filias fetichistas más conocidas son la podofilia, que implica los pies, y el retifismo o gusto por los zapatos. La preferencia por objetos diseñados para la estimulación sexual, como los vibradores, no se considera fetichismo. 2. Exhibicionismo Esta filia consiste en la obtención de excitación y placer sexuales al exponer partes del cuerpo, normalmente los genitales, a otras personas. Es habitual que la intensidad de la conducta exhibicionista aumente con la práctica, pudiendo adoptar un carácter compulsivo. 3. Voyeurismo o escoptofilia El voyeurismo se define como el gusto marcado por observar a personas desnudas o que están teniendo sexo. Los voyeurs suelen preferir que la persona observada no sepa que la están mirando, y normalmente no buscan la relación sexual con ésta. 4. Frotteurismo Las personas frotteuristas, o frotteurs, buscan el contacto físico con otras personas para masturbarse después; en su forma patológica, lo hacen sin permiso y/o en contra de su voluntad. Suele llevarse a cabo en lugares donde hay mucha gente, como el transporte público o las discotecas. El frotteurismo es mucho más habitual en personas jóvenes. 5. Masoquismo sexual El masoquismo incluye el placer sexual que se obtiene al recibir daño físico o humillación, así como cualquier otro tipo de sufrimiento. Se trata de la parafilia más común en mujeres, y se asocia frecuentemente con el sadismo. 6. Sadismo sexual Las personas sádicas disfrutan sexualmente con la idea o la práctica de hacer daño a otros. Aunque se habla con frecuencia del sadismo sexual patológico, hay mucha gente sádica que sólo cumple sus fantasías con personas que lo consienten; esto sucede por ejemplo en el BDSM, que engloba las prácticas de bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo. 7. Fetichismo transvestista Esta filia implica la obtención de placer sexual al vestirse como una persona de otro género. Sólo se ha descrito en hombres heterosexuales, que en algunos casos no se identifican con el género masculino. Cuando un varón se excita viéndose o imaginándose como si fuera una mujer hablamos de autoginefilia. 8. Pedofilia El manual DSM V de criterios diagnósticos de la Salud Mental, define la pedofilia como la preferencia sexual por personas que no han llegado a la pubertad (menores de 13 años aproximadamente). La diferencia con la pederastia es que este término designa la práctica de conductas de abuso a niños, mientras que la pedofilia puede referirse también a impulsos o fantasías habituales que no se han cumplido. 9. Gerontofilia La gerontofilia es la preferencia sexual por personas de edad avanzada. Si la atracción se da hacia varones ancianos esta filia se conoce como alfamegamia, mientras que si el objeto de deseo son mujeres se trata de matronolagnia. 10. Necrofilia Las personas necrófilas se sienten atraídas por los cadáveres, sean de humanos o de otros animales. Aunque lógicamente la necrofilia suele llevarse a la práctica sin el consentimiento de la persona fallecida, se han dado casos de necrofilia con permiso previo del muerto, como el famoso episodio de Armin Meiwes, el “Caníbal de Rotemburgo”. 11. Asfixiofilia La asfixiofilia consiste en obtener placer con la sensación de ahogamiento. La asfixia sexual puede llevarse a cabo con una pareja o como método de masturbación; en este caso hablaríamos de asfixia autoerótica, práctica que está bastante difundida en las parejas actualmente y que cuando carecen del control adecuado en su momento de la excitación alguna de ellas se puede encontrar con la muerte, es una práctica que se asocia al trastorno de personalidad límite y lógicamente no solo conlleva a conflictos neuropsicológicos, sino también, se producen conflicto con la Justicia porque pasan del placer de su práctica al displacer de la muerte. 12. Zoofilia o bestialismo En la zoofilia la persona siente deseo o realiza actividades sexuales con animales. Es especialmente frecuente en entornos rurales y en pacientes psiquiátricos agudos, y sólo muy raramente se detectan casos de zoofilia exclusiva. 13. Urofilia y coprofilia En la urofilia las fantasías incluyen la presencia de orina, mientras que en la coprofilia sucede lo mismo con las heces. Una parafilia relacionada es el fetichismo del pañal. Cuando la persona se excita con la idea de orinar o defecar encima de una pareja sexual hablamos de salirofilia. 14. Xenofilia Entendida desde un punto de vista sexual, la xenofilia es la preferencia por las personas que son percibidas como miembros de una etnia exótica o distinta a la propia. No obstante, en un sentido más amplio la xenofilia es el gusto por personas u objetos de origen desconocido, y técnicamente tiene un significado opuesto al de la palabra “xenofobia”. 15. Ginandromorfofilia o ginemimetofilia Esta filia hace referencia a la atracción preferente, sea exclusiva o no, hacia personas transgénero o transexuales. La concepción de la ginandromorfofilia como un tipo de parafilia es criticada con frecuencia ya que puede favorecer la estigmatización de las personas transgénero y de quienes se sienten atraídas por ellas.


LA EFEBOFILIA COMO PARAFILIA


Recibe el nombre de efebofilia o hebefilia el deseo sexual preferente hacia jóvenes menores de edad, en edad puberal o postpuberal. Se trata de una parafilia o trastorno parafílico, los cuales se caracterizan por la aparición de intensas fantasías sexuales en las cuales el principal objeto de deseo se centra en seres no humanos, objetos, sujetos no consintientes o sin capacidad para consentir o bien involucra la existencia de daños y sufrimiento para uno mismo o para los demás. Estas fantasías se presentan de manera intensa durante un mínimo de seis meses y generan disfuncionalidad y alteración en el día a día del sujeto, ocupando una parte de su tiempo y pudiendo o no generar malestar a la propia persona. La fantasía puede quedarse en lo imaginativo o bien pueden empujar al sujeto a intentar practicarlas, y suele generar un interés sexual exclusivo (si bien esto último no es imprescindible) hacia el estímulo parafílico.

Síntomas

En el caso de la efebofilia, tal y como hemos visto, nos encontramos con que el objeto de deseo sexual que forma parte de las fantasías de quienes padecen esta parafilia son los menores de edad que ya han entrado en la pubertad. En este sentido, el interés sexual puede aparecer entre los 11 (más típicamente a partir de los 15) y los 18 años de edad, y el otro sujeto debe ser ya un adulto con una diferencia de edad de al menos de 5 años. Asimismo, la atracción puede aparecer tanto hacia personas del sexo opuesto como del mismo sexo. Técnicamente este tipo de interés sexual podría considerarse un tipo de pedofilia, dado que en ese caso el sujeto objeto de deseo del efebófilo sigue siendo un menor de edad. Sin embargo, existe una característica en la que difieren: en el caso de los efebófilos el sujeto ya tiene características sexuales semejantes a las de un sujeto adulto, ya que se encuentra pasando la pubertad o la ha superado ya, mientras que en la pedofilia clásica el interés se centra en sujetos prepúberes (sin atributos sexuales). Por lo general las parafilias pueden implicar una atracción sexual exclusiva o casi exclusiva, si bien dependiendo del caso también es posible que pueda mantener relaciones funcionales con sujetos completamente adultos. La efebofilia es considerada una parafilia, especialmente si la atracción se da únicamente y de manera fija hacia menores pospuberales. En otros contextos, entornos y culturas, sin embargo, es considerada una respuesta sexual normal, debido a que el objeto de deseo tiene características sexuales adultas o casi-adultas. Ahora bien, características tales como la búsqueda de entornos donde abunden este tipo de menores por el mero hecho de estar cerca de un objeto de deseo, el grooming o características sádicas o predatorias hacia este sector de la población pueden estar hablándonos de una problemática de tipo parafílico.

¿Se trata de una parafilia delictiva?

Algunas parafilias pueden no ser delictivas, excesivamente invalidantes o tener afectación más allá de lo meramente sexual, pero en otros casos como en el que nos ocupa la puesta en práctica de las fantasías en sí puede conllevar la comisión de un delito, puesto que la efebofilia podría considerarse pedofilia o abuso dependiendo de la edad y las circunstancias que rodeen el consentimiento. En Argentina y en la actualidad, la edad mínima de consentimiento sexual es de 18 años de edad. Ahora bien, aunque se dé consentimiento deben existir para ello condiciones de igualdad; si media el abuso de autoridad o el adulto seduce mediante manipulación al menor estamos hablando de un caso de un tipo de abuso sexual. Si no se da el caso; o sea, hay consentimiento y no se produce manipulación por parte del adulto maduro y siempre que supere los 18 años, no estaríamos ante una interacción constitutiva de delito.

Causas

Las causas de la efebofilia no están totalmente claras, al igual que ocurre con el resto de parafilias. Existe asimismo debate respecto de si debería considerarse parafilia o no en aquellos casos en que la atracción no es exclusiva y no genera una alteración en la vida del sujeto o de su objeto de deseo. Entre algunas hipótesis existentes podríamos considerar la existencia de un déficit de habilidades de afrontamiento, habilidades sociales o a una elevada inseguridad o falta de autoestima. En este sentido, el efebófilo podría considerarse incapaz de relacionarse con personas de su misma edad, algo que le puede llevar a sentirse más cómodo en compañía de prepúberes. También es posible que exista un deseo de dominación y poder con alguien que, si bien físicamente se asemeja a un adulto, es por lo general más inocente y tiene menos experiencia vital, lo que supone que el efebófilo tiene una posición de superioridad. Además de ello el adulto puede ya tener recursos mientras que el adolescente es menos probable que los posea, de tal manera que el adulto podría verse como proveedor y protector de su objeto de deseo. Asimismo otra explicación podría encontrarse en el aprendizaje por modelamiento o incluso por modelos parentales; un sujeto puede aprender que los sujetos adolescentes son sexualmente deseables a partir de lo que el entorno le enseña. Además, puede haberse producido un condicionamiento masturbatorio si la excitación sexual o el orgasmo se ha asociado a la imagen de adolescentes. Por último, hay que tener en cuenta de que el hecho de que el físico pueda ser ya prácticamente el de un adulto puede hacer que exista una cierta atracción no necesariamente patológica, pese a que cabe destacar que su nivel de desarrollo tanto físico como especialmente el psíquico no se corresponden con el del sujeto adulto.

Tratamiento

La atracción sexual hacia adolescentes puede no precisar de tratamiento neuropsicológico, pero en aquellos casos en que la atracción es exclusiva y supone un malestar clínicamente significativo, o bien conlleva una acción de abuso sexual, es posible intentar utilizar diversos procedimientos a nivel neuropsicológicos y neurológicos. En este caso debería buscarse en primer lugar qué implicaciones tiene la figura del adolescente para el sujeto y que elementos de él resultan relevantes para generar la excitación, esto se combina muy bien con un exhaustivo tratamiento psicológico y poder evaluar neuropsicológicamente al paciente para observar si tiene alguna disfunción a nivel orgánico cerebral. Asimismo, en caso de malestar también habrá que discutir de dónde viene el malestar y la afectación que le genera al sujeto en su día a día sus fantasías. Tras ello se procede a buscar desarrollar vínculos emocionales positivos con situaciones no parafílicas para proceder a desensibilizar el estímulo parafílico con procedimientos como el recondicionamiento masturbatorio o la ruptura de la cadena de acciones que lleva a la excitación con el menor, esto también es el orden evaluatorio neuropsicológico que nos dará mayor efectividad de cómo tratar al paciente. En ocasiones también puede ser de utilidad la terapia de aceptación y compromiso, especialmente en casos que no revisten características parafílicas y en que se da una atracción sexual normativa.

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