ANÁLISIS

"Poner límites ayuda a que un adolescente no llegue a un punto crítico de violencia"

El terrible ataque a una docente, reavivó la preocupación por la falta de contención de algunos menores.

El terrible y lamentable episodio que le tocó vivir a una docente de la ciudad de La Banda, al ser agredida por un menor de apenas 14 años (Pág. 29), reavivó la preocupación de profesionales e instituciones que trabajan con menores, por la falta de contención y de límites que sufren muchos niños de nuestra provincia, en los espacios en los que se forman.

"El poner límites ayuda, el límite contiene para que no haya un desborde de la subjetividad, cuando no hay un límite ocurren estas cosas, hay una ausencia en este niño, que puede ser familiar, institucional, pero alguna ausencia está sufriendo para que pueda llegar a este punto", consideró la psicóloga María Rosario Sanguedolce.

La profesional advirtió no obstante que "no debemos olvidar que estamos hablando de un niño; no hay que juzgarlo como el victimario, sino pensar que el niño es producto de un entorno, producto de unos adultos, y ahí hay que ver qué está pasando".

Momento

"Hay que diferenciar cada caso, en esto no se debe generalizar, pero lo que se está viendo es que hay una falta de contención en los adolescentes; no se encuentra con figuras de autoridad que puedan contener y sostener el desborde que puedan ocasionar algunas situaciones que debe afrontar en esta etapa de su vida, que ya de por sí es una crisis vital por la que cualquier sujeto atraviesa", analizó la licenciada Sanguedolce.

Dijo que cuando en esta etapa de crisis ocurren situaciones que desbordan la angustia o la frustración, "no la pueden manejar y si no hay una figura de contención pueden pasar cuestiones más peligrosas".

"El comportamiento violento puede deberse a muchas cuestiones, tal vez hay cosas que repitan desde la casa; hay un manejo precario de los impulsos; no logran manejarlos de la forma adecuada; recurren a la violencia para expresar algo que les está molestando o frustrando. Ahora, un pasaje al acto, es un movimiento límite de la subjetividad, que es cuando el sujeto ya está al borde, cuando ya no tiene a nadie más a quien acudir y hace un pasaje al acto, y ocurren estas cosas", destacó la profesional, para explicar el cierto modo lo que pudo haber pasado con este adolescente bandeño.

La licenciada Sanguedolce advirtió que ese "pasaje al acto", no llega sin previo aviso. "No viene solo".

"Previamente, puede ser que el adolescente, haya tenido momentos de acting out, que son llamados de atención que tienen que ver con ciertas conductas límites, o con conductas peligrosas, donde están buscando que haya otro que los pueda sostener o contener, todavía hay un llamamiento al otro, cuando hay un pasaje al acto, ya no lo hay, no existe ese intento y desborda totalmente la subjetividad, y creo que esto es lo que ha pasado", interpretó.

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