Jornada vergonzosa: los videos de la barbarie
River fue solidario con Boca. Hubo amenazas de la Conmebol y hasta de la FIFA. Se reprogramó para hoy a las 17. Boca podría pedir los puntos o jugar bajo protesta.
Megafinal. La Final del Mundo. Superfinal. El Superclásico más trascendental en 110 años de historia, el partido que había puesto a River, a Boca y a la Argentina frente a los ojos del mundo, se convirtió en un papelón sin precedentes.
La emboscada al micro del equipo visitante; el desborde del público local; la presión de la Conmebol para jugar o jugar; los gritos entre Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, que después terminaron dándose la mano; Pablo Pérez trasladado a una clínica y con un parche en el ojo cuando debía estar disputando la pelota en el mediocampo; Gianni Infantino, mandamás de FIFA, pidiendo razones “valederas” para suspender el encuentro, como si todo el bochorno no hubiera sido suficiente. Hinchas asustados, atrapados en el estadio, víctimas de robos en las adyacencias. Policías totalmente desbordados. Parecía que el show debía continuar a cualquier costo. Pero no.
Adoquines, botellas de cerveza y gas pimienta, el armamento que un grupo de barras les arrojó a los futbolistas de Boca. Los energúmenos dañaron vidrios y el estallido lastimó el brazo izquierdo de Pablo Pérez. Y por los huecos de las ventanillas penetraron los gases lacrimógenos de la Policía, que intentó controlar una situación que se le escapó de las manos. ¿Por qué el vehículo ingresó por la calle Lidoro Quintero, donde estaba un grupo nutrido de hinchas? ¿Sólo hubo negligencia o zona liberada? ¿Fue una revancha de Los Borrachos del Tablón por los allanamientos del viernes, cuando desactivaron sus operaciones de reventa?
Siempre los mismo, siempre los mismos. Tristeza para los amantes del fútbol.