ATEMORIZANTE

Nunca se vio un frente de tormenta tan abrumador como el que golpeó a gran parte de la provincia

El violento cambio de tiempo llegó en plena siesta santiagueña, después de jornadas agobiantes de calor y humedad.

Después de una mañana de agobiante calor, intensas ráfagas de viento llegaron a Santiago del Estero, desde el extremo sur, golpeando en primer lugar la zona de Sumampa y Ojo de Agua, hacia el lado de la ruta 9, y Selva y Pinto, sobre la nacional 34.

Desde allí un frente de tormenta gigantesco como nadie recuerda que se haya visto en la provincia, comenzó a trepar hacia el norte arrasando con decenas de ciudades y cientos de pueblitos y parajes a su paso, dejando un tendal de daños materiales como árboles, postes y cables cortados y destrozados, vehículos aplastados; innumerables viviendas afectadas por la voladura de techos y filtraciones de agua; imponentes tinglados reducidos a manojos de hierros y chapas retorcidas de clubes deportivos, capillas, etc, así como grandes porciones de tapias perimetrales derrumbadas; calles anegadas por la intensa precipitación caída en poco tiempo, entre otros daños que seguramente hoy se seguirán conociendo.

Colonia Dora y ruta 5

Pasado el mediodía, la ciudad de Colonia Dora, ubicada en el cruce de las rutas 34 y 92 fue la impávida testigo de la gigantesca columna de tierra, lluvia y feroces vientos huracanados que golpeó gran parte de esa zona. De allí es la primera imagen con la estación de servicio en primer plano. Algo similar ocurrió sobre la ruta 5, en el departamento Figueroa, que vio llegar el impactante muro de nubes oscuras y amenazantes en plena siesta santiagueña.

Al igual que en varias localidades del interior, la ciudad de Colonia Dora sufrió el fuerte viento y la posterior lluvia, que anegó algunas calles céntricas.

Sobre calle Lavalle en el barrio Belén, un frondoso árbol no aguantó el fuerte viento y terminó obstruyendo el tránsito. En tanto sobre calle Suipacha en el barrio Francisco Allalla, también otro cayó sobre la vereda; mientras que uno quedó a punto de caer frente a la biblioteca.

Luego del vendaval y cuando cesó la lluvia (40 milímetros), obreros de la municipalidad trabajaron para sacar las plantas y despejar los lugares complicados.

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