VIDA Y OBRA

Se conocieron detalles de los últimos días de vida de "Don Ramón"

Desde la esencia de su personaje venida del verdadero Ramón Valdés; sus tres mujeres y diez hijos; sus trabajos, el tabaquismo y un final anunciado que se alargó tres años. La vida de uno de los personajes más reconocidos de El Chavo del 8.

Sin lugar a dudas cuando uno piensa en El Chavo del 8, programa que marcó (y sigue marcando) la infancia de muchos, el personaje interpretado por Ramón Valdés fue uno de los más queridos por los millones de espectadores que disfrutaron de las ocurrencias de "Don Ramón", que no terminó siendo más que el propio Valdés llevado a la pantalla.

Su personaje en el histórico show, tenía prácticamente todo de su persona fuera de la pantalla. No solo ese carácter cascarrabias y a la vez tierno y "querible", sino también su vestimenta sencilla.

Hombre que se casó tres veces y tuvo diez hijos, atravesó momentos muy difíciles que no le impidieron bañarse de un éxito merecido dentro de una serie que quedará para la historia.

Los que lo conocieron aseguran que la vestimenta que utilizaba en El Chavo, esa remera desteñida por el uso y sus lavados, los jeans gastados y las zapatillas viejas, las traía el actor desde su casa: Era él, siendo él, en la tele.

Una de las características que tanto remarcaron los que compartieron escenario con Ramón en la serie, fue justamente el detalle de su esencia. Decían que su personaje le debía mucho más al propio Ramón Valdés que al ingenio de Roberto Gómez Bolaños. Desde su nombre, pasando por su ropa y, principalmente, en ciertos rasgos de su personalidad: Malhumorado y quisquilloso, pero noble, humilde y de gran corazón. El mérito de Chespirito con Ramón Valdés, fue el haber notado un personaje en potencia en este hombre común y corriente nacido el 2 de septiembre de 1923 en Ciudad de México y criado en una familia numerosa y de bajos de recursos, en Juárez.

Según contó el propio Bolaños a sus amigos, "Monchito" era el único que lo hacía reír. Además, le asombraba la capacidad de Don Ramón para aprenderse los guiones, aunque luego sumara frases y muletillas propias como . “Con permisito, dijo Monchito”, “¡Si serás, si serás!”. El día que le propuso el personaje, Chespirito le dio una sola indicación: “Sé tú mismo”.

Su debut en la televisión fue con 47 años, aunque hasta ese momento ya había participado en unas 70 películas. Sin embargo, esa trayectoria y esos trabajos no le habían brindado una estabilidad económica deseada. Por el contrario, tuvo que trabajar en otros oficios para mantener a esos diez hijos que había tenido con tres mujeres distintas. Así, se desarrolló como comerciante, fabricante de muebles de madera, chofer, entre otros oficios.

“El Chavo del 8”, fue ese salto de calidad que tanto esperó y por el que tanto trabajó. "Don Ramón", le permitió olvidarse de las preocupaciones de dinero por casi una década, hasta que en el '79 decidió renunciar producto de conflictos con Florinda Meza, quien para ese entonces era la encargada de la dirección artística del programa.

Después de su participación allí, nunca pudo despegarse del personaje. Hizo dupla con Quico probando suerte ambos en la pantalla chica venezolana, pero sin éxito. Pasó por un circo con el que recorrió distintos países de América Latina, utilizando su clásica vestimenta. Y siguió con la actuación, llegando a interpretar nada más y nada menos que al padre de Luis Miguel, cuando este se encontraba en franco ascenso en su carrera como actor de telenovelas.

En el '87 probó suerte nuevamente en la televisión azteca con el programa ¡Ah, qué Kiko!, pero fue un fracaso y solo duró un par de meses.

Por esos años, su salud ya reflejaba el deterioro producto de los años de adicción al tabaco. En los pasillos de los estudios donde se grababan El Chavo, absolutamente nadie tenía permitido fumar, salvo él. Según se supo, su adicción era tal que se despertaba a la madrugada solo para fumar un cigarrillo.

La primera consecuencia de el tabaco, fue un cáncer de estómago por el que fue operado. Pese a la cirugía, el tumor se expandió, afectando su columna vertebral.

El pronóstico para ese entonces fue devastador: solo seis meses de vida. Sin embargo, fiel a su testarudez, esos seis meses terminaron siendo cuatro años. Ramón Valdés falleció un 8 de agosto de 1988 a los 64 años, en la misma ciudad que lo vio nacer y también consagrarse, rodeado de la gente que tanto lo admiró y quiso no solo por su personaje sino, principalmente, por haber sido como fue.

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