Ojo de Agua: la increíble historia de Julián, el bebito del "milagro"
Entrá y conocé a un pequeño guerrero, que con poco menos de tres meses de vida venció un sinfín de adversidades.
La historia del pequeño Julián Sanabria suena increíble pero es real. Es un bebé de la ciudad de Ojo de Agua que desde que nació, el 3 de agosto de este año, pasó sus días en camillas de hospital. Sus diversas afecciones hicieron que fuera internado en varias oportunidades y que también fuera revisado por decenas de médicos, además de ser objeto de numerosas cadenas de oración entre sus familiares y allegados.
EL LIBERAL dialogó con Flavia, madrina del pequeño, quien nos contó que Julián tuvo problemas incluso antes de nacer, ya que su placenta había muerto y estuvo dos días en el vientre de su mamá, sin oxígeno ni alimentación. Y sobrevivió.
Al nacer con 33 semanas de gestación, fue víctima de un paro cardiopulmonar que lo tuvo tres días en grave estado, casi sin esperanzas de salir con vida, según nos expresó su madrina. “Rezamos mucho, hicimos cadenas de oración y así, de un día para el otro se puso bien. A partir de allí estuvo 13 días internado en Neonatología del Hospital Regional”, contó Flavia.
Hasta aquí el relato se resume con decir que Julián es un verdadero guerrero, desde que estaba en el vientre de su mamá María Cabral. Pero los problemas siguieron.
Su madrina lo cuenta así: “El día 15 de septiembre el cuerpito de mi ahijado se tiñó de amarillo y su boca de morado. De urgencia lo trasladamos al neonatal de Córdoba capital…” En ese nosocomio, los médicos descubrieron que Julián tenía la bacteria Escherichia coli, por lo que estuvo internado en terapia por unas dos semanas, bajo un tratamiento de fuertes antibióticos para combatirla. Cuando finalmente había llegado el día en que iba a ser dado de alta, Julián tuvo otro episodio que derivó en la atención de más de diez médicos diferentes. Pero nadie sabía decir qué era lo que le pasaba. Después de varios análisis de sangre, ecografías y otros estudios, los profesionales le diagnosticaron que su vesícula no se habría desarrollado al 100% y esto le provocaba un mal funcionamiento en los conductos biliares.
A causa de esto, su equipo médico decidió finalmente que Julián debía ser sometido a una cirugía, programada para el 22 de octubre. Ese día comenzó otra odisea. Su madrina contó a EL LIBERAL que esa mañana fue preparado para entrar al quirófano pero la operación fue reprogramada para el 24, debido a complicaciones con otro pequeño paciente.
Afortunadamente, el día martes se liberó un lugar en cirugía y fue entonces cuando alistaron a Julián para su operación. Sin embargo, ocurrió algo inesperado: cuando su médico lo revisó, ordenó suspender todo. “En ese momento nos asustamos y no entendimos qué estaba pasando”, contó la mujer. Hasta que fue una doctora quien les explicó que se suspendía completamente la operación ya que Julián se encontraba “en perfectas condiciones de salud”. “Lo revisaron y era así. Le hicieron análisis y salieron negativos. Doy fe de que fue el poder de oración y que Dios ha escuchado lo que le pedimos llorando y todo lo que hemos sufrido por nuestro niño. Pero Dios puso su mano sobre él”, resumió Flavia.
Ahora Julián debe aguantar sólo unos poquitos días más hasta que de nuevo sea sometido a pruebas de metabolismo y si todo sale bien, podría ser dado de alta la semana próxima.
“Gracias a todos los que creyeron en la oración, hoy creemos que los milagros existen y doy gracias por esta bendición”, resumió la madrina de Julián Sanabria, el pequeño guerrero de Ojo de Agua.