Gente acelerada, baja de hasta 40% en ventas y menos horas de clase, el saldo del paro de colectivos
La huelga que afecta el servicio en las últimas horas de cada jornada impacta en comercios céntricos.
El paro nocturno de colectivos que cada día se inicia a las 22 y lleva ya tres jornadas aceleró la vida de la gente, interrumpió el normal dictado de clases de distintos establecimientos educativos públicos y privados e impactó en la mayoría de los locales comerciales céntricos -que ya vienen con ventas en baja-, en especial quioscos, autoservicios, cafeterías y bares que registraron caídas en la demanda de hasta un 40% en estas jornadas.
"Sin duda que el paro de colectivos desde las 22 ha afectado las ventas. Es un problema, porque la gente opta por no venir después de las 20. Al margen de la crisis que ya tenemos por la falta de ventas, ahora se suma esto", indicó Eduardo Fernández, propietario de un negocio de ropa deportiva.
A su turno, Néstor Schammas, propietario de otra tienda, señaló que "nos afecta mucho el paro. Estas tardes en las que por la noche hubo paro de colectivos, tuvimos un promedio del 40% menos de facturación y la decisión que hemos tomado fue la de abonar el remís a nuestros empleados para que puedan volver a sus casas".
Javier, propietario de un bar en plena avenida Belgrano, señaló que "la primera noche del paro a mí me habrá bajado un 20% el consumo de la gente. Pero la noche del martes ya ha sido peor, como un 40%, porque a las 21.30 ya no había nadie. Por lo general un día normal, la gente se queda hasta las 22 o 22.30, más ahora que hace un poco de calor se sienta a tomar un licuado, una gaseosa o una cerveza. Pero el martes a las 22.30 no andaba nadie, no he vendido nada, he cerrado a las 23 cuando un día normal cierro como a la 1 de la mañana". "A mí me ha afectado directamente porque siempre hasta la 1 tengo 3 o 4 mesas con gente que come una pizza, toma algo, siempre hay alguien. Pero estos días, nada".
"Nosotros sabemos cerrar el quiosco a las 23.30 o a las 24, pero el lunes y el martes ya hemos estado cerrando a las 22.30", señaló Luján, propietaria de otro negocio sobre la avenida Belgrano casi 9 de Julio.
Más apuro y menos compras
Desde un autoservicio en avenida Belgrano casi Urquiza, Álvaro indicó que "a nosotros nos afecta porque es un horario que la gente sale de trabajar, viene tensionada, apurada, quiere comprar rápido e irse y otros no entran para no perder el colectivo porque en la avenida el último que ves es a las 21.30".
Destacó además que "nosotros tenemos abierto el negocio hasta las 23, pensando en que podía ser un beneficio para la gente que sale del trabajo un día normal. Pero ahora son dos horas menos de venta".
Puntualizó que "se está perjudicando a la gente y a los comerciantes con esta medida. No es una hora menos de venta sino mucho más porque el último colectivo que se ve en la avenida es a las 21.15 o 21.30 y la gente entonces deja de comprar mucho antes que eso".
Sebastián, encargado de una rotisería, agregó que "por lo general entre las 20.30 y las 22 es cuando más se vende en un día normal. Pero ahora la persona que está de paso ya no entra y se va corriendo a la parada para no perder el colectivo. Siempre en la última hora es cuando más se vendía, pero ahora ya no".