Siguen retirando cadáveres y el número de muertos subió a 1.571
PALU, Indonesia. Las sirenas de las ambulancias que transportan los cuerpos sepultados se escuchaban sin cesar en las calles de Palu, la ciudad más afectada por el terremoto y tsunami que golpeó hace una semana la isla indonesia de Célebes, mientras la actividad comercial vuelve a la arrasada localidad.
Esta capital provincial donde viven más de 350.000 personas intenta recuperarse de la tragedia con la apertura de comercios, bancos y una mayor distribución de alimentos y combustible, bajo el trauma de un recuento oficial de fallecidos que ayer aumentó a 1.571, aunque las autoridades advirtieron que aún hay 152 personas enterradas bajo los escombros y el barro y algunas entidades elevan ese número a más de 1.000.