El Nobel fue para los químicos que lograron imitar la evolución
Frances H. Arnold, George P. Smith y Sir Gregory P. Winter, reconocidos por desarrollar proteínas que pueden salvar vidas y hacer una industria más ecológica.
El premio Nobel de Física de este año fue para, por un lado, el estadounidense Arthur Ashkin y, por otro, en forma conjunta, para el francés Gérard Mourou y la canadiense Donna Strickland "por revolucionarios inventos en el campo de la física láser", informó este martes la Real Academia Sueca.
"Los inventos galardonados este año han revolucionado la física láser. Objetos extremadamente pequeños y procesos increíblemente rápidos se ven ahora con una nueva luz", destacó el organismo. Se trata de avanzados instrumentos de precisión que están abriendo nuevas áreas de investigación y una gran cantidad de aplicaciones industriales y médicas, añadió.
Una mitad del premio va para Ashkin, galardonado "por las pinzas ópticas y su aplicación en sistemas biológicos" y la otra en conjunto para Mourou y Strickland por "su método para generar impulsos ópticos ultra cortos y de alta intensidad", que han "abierto nuevas áreas de investigación y llevado a muchas aplicaciones industriales y médicas".
Arthur Ashkin inventó las pinzas ópticas, que atrapan partículas, átomos, virus y otras células vivas con sus "dedos" de rayo láser. Esta nueva herramienta le permitió a Ashkin realizar un viejo sueño de ciencia ficción: utilizar la presión de la radiación de la luz para mover objetos físicos. Logró que la luz láser empujara pequeñas partículas hacia el centro del rayo y las mantuviera allí. Se habían inventado las pinzas ópticas, explicó en el comunicado oficial sobre el premio la Real Academia Sueca en un comunicado.
Un gran avance se produjo en 1987, cuando Ashkin usó las pinzas para capturar bacterias vivas sin dañarlas. Inmediatamente comenzó a estudiar sistemas biológicos y las pinzas ópticas ahora se usan ampliamente para investigar la maquinaria de la vida.
Gérard Mourou y Donna Strickland abrieron el camino hacia los pulsos láser más cortos e intensos jamás creados por la humanidad. Su artículo revolucionario se publicó en 1985 y fue la base de la tesis doctoral de Strickland.
Usando un enfoque ingenioso —señaló la Academia Sueca— lograron crear pulsos láser ultracortos de alta intensidad sin destruir el material amplificador. Primero, estiraron los pulsos del láser a tiempo para reducir su potencia máxima, luego los amplificaron y finalmente los comprimieron. Si un pulso se comprime en el tiempo y se acorta, entonces se empaqueta más luz en el mismo espacio diminuto: la intensidad del pulso aumenta dramáticamente.
Ashkin nació en 1922 en Nueva York y se doctoró en la estadounidense Universidad de Cornell; Mourou nació en Albertville (Francia) en 1944 y se doctoró en la Universidad de París, en Orsay, mientras que Stirckland nació en 1959 en Guelph (Canadá) y trabaja actualmente en la Universidad de Waterloo, en Ontario, indicá la agencia de noticias EFE.