Un alumno llevó un revólver a clases para vengar a su abuela
El estudiante tiene 13 años. No iba a usar el arma en la escuela sino a la salida con unos vecinos que incendiaron la casa de su abuela.
"¡Señorita, puede que mi hijo lleve a la escuela un arma de fuego!", anunció la mujer y generó un alboroto en un establecimiento del sur capitalino.
El escándalo provocó efectos multiplicadores y ahora amenaza con descabezar un jugoso negocio de venta de armas.
Según la causa que instruye el fiscal Julio Carmelo Vidal, todo empezó con el incendio intencional a la casa de una anciana.
Tres días después, su nieto salió del hogar en silencio y su madre alcanzó a ver, en su mochila, un arma de fuego.
Alerta
Llamó por celular a la maestra de su hijo y le confió el secreto. Sin dudarlo, las docentes se instalaron en la Séptima.
Diez minutos después, unca comisión policial arribó a la escuela y retiró al alumno a otra aula.
Los policías requisaron la mochila y descubrieron un revolver calibre 22.
"Era para vengarme de cinco chicos que le prendieron fuego a la casa de mi abuela", les explicó a las maestras.
Subrayó que no tenía nada en contra de sus compañeros y que saldría a "zanjar" diferencias con los pirómanos, fuera de clases.
Un acta
Posteriormente, el joven fue retirado y las autoridades concertaron una reunión con su madre.
Le dejaron en claro que bajo ninguna circunstancia es admisible que un alumno ponga en riesgo a otros estudiantes. Una vez que los maestros pusieron en órbita al adolescente, la institución dio luz verde para que regrese y prosiga sus actividades con normalidad.
Una corriente educativa sugirió que el incidente puede generar cambios en la institución. Por ejemplo, aconsejó un exhaustivo control del alumnado y personajes externos, habituados a visitar el inmueble.
Con ello, se intenta más seguridad, vigilancia y desalentar cualquier alocada idea, en detrimento de su población estudiantil.