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Video | El proyecto esloveno de una Bombonera para 70.000 espectadores

"Me saco el sombrero. Esta es una propuesta muy respetable. Se nota que trabajaron mucho. Los felicito". Con esas palabras, Daniel Angelici le puso anoche punto final a una reunión cumbre entre los principales dirigentes de Boca y el equipo de trabajo que presentó la nueva versión mejorada del proyecto esloveno, cuyo objetivo es que más hinchas xeneizes vayan a ver a su equipo sin la necesidad de jubilar a la Bombonera, ni de embarcarse en la fuerte inversión que implicaría construir un estadio nuevo, cuya ubicación es, a la vez, incierta.

Descartada la utopía de comprar las dos medias manzanas que se ubican detrás de los palcos nuevos, sobre Del Valle Iberlucea, el proyecto esloveno se convirtió en los últimos días en la única alternativa posible de reforma y ampliación del estadio de Boca.

La mejora del diseño original fue presentada esta semana en Buenos Aires y tuvo una aceptación unánime de los directivos y allegados que asistieron a las tres Jornadas Laborales Informativas realizadas en la Embajada de Eslovenia.

Allí, anoche, el presidente de Boca, acompañado por el secretario general Christian Gribaudo , el vicepresidente Darío Richarte, el tesorero Matías Ahumada y dos arquitectos del club, vieron los planos y las maquetas de la propuesta e intercambiaron opiniones con el ingeniero Carlos Augusto Vallet, el arquitecto esloveno Tomaz Camernik y Fabián Fiori, empleado del club e ideólogo del proyecto. También participó el cónsul honorario de la Republica de Eslovenia, Hernán Zupan.

¿Cuál es el plan?

La nueva propuesta contempla la posibilidad de comprar sólo las 19 propiedades de los frentistas de la calle Iberlucea ("¡Cómo no se nos ocurrió eso antes!", destacó, sorprendido, Marcelo London, uno de los dirigentes de Boca que formó parte de las charlas), con el objetivo de que la nueva tribuna pueda erigirse sobre un espacio más amplio, con lo cual se ganarían más localidades. Esta idea plantea la demolición de los palcos y el reemplazo total de una reforma que se hizo en 1996, pero que no sólo quedó obsoleta, sino que no está aprovechada al 100 por ciento de sus posibilidades (hoy, allí, sólo entran 4200 personas).

Al mismo tiempo, esa obra no se vincula con el espíritu ni el ADN de la cancha. "Cuando el arquitecto Carlos Salaberry hizo los palcos nuevos no contempló el diseño del resto de la cancha. Y además es un muro. Una pared que separa al club del barrio", cuestiona una persona que vive frente al estadio. La inversión está estipulada en los 50 millones de dólares, y, durante su desarrollo, Boca no dejaría de jugar sus partidos de local.

Por otro lado, Rubén Lopresti (referente vecinal) afirmó: “Los vecinos apoyamos el proyecto esloveno ideado por Fabián Fiori, y los que somos frentistas estamos dispuestos a vender”.

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