Video | La cárcel donde están Julio De Vido y otros detenidos por los cuadernos de las coimas
El Complejo Penitenciario Federal II, conocido como la cárcel de Marcos Paz, es el lugar al que fueron a parar varios de los presos de las más recientes y resonantes causas por corrupción.
El predio cuenta con 120 hectáreas y fue habilitado en 1999. Tiene capacidad para 1766 internos, pero actualmente su población es de alrededor de 2400.
Dentro del módulo 3 de este complejo se encuentran detenidos seis empresarios relacionados con la causa de los cuadernos de las coimas: Gerardo Ferreyra, y Jorge Neira, directivos de Electroingeniería; Claudio Javier Glazman, empresario inmobiliario; Armando Loson, presidente de Albanesi constructora; Carlos Mundin, de BTU SA; Sergio Toselli, ex concecionario de trenes y Néstor Otero, concesionario de la estación de ómnibus de Retiro. En otro pabellón, en tanto, se encuentran detenidos el ex ministro de planificación Julio De Vido, su cuñado Claudio Miniccelli y el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares.
Toda esta área funciona bajo el Sistema de Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad (IRIC), un programa implementado por el Ministerio de la Justicia de la nación y el Servicio Penitenciario Federal en 2016, especialmente para los procesados por causas de corrupción.
El diario LA NACION, con sus periodistas Sol Amaya y Germán Wille, accedieron a uno de los sectores de la prisión donde pasan sus días los empresarios detenidos mencionados en primer término. Para llegar al lugar hay que atravesar dos puertas con el sistema de exclusas. El lugar consta de un salón de usos múltiples (SUM), una cocina, un patio, un salón de duchas y 14 celdas individuales. Los internos fueron trasladados a otro sector para realizar una actividad, por lo que la zona estuvo vacía durante todo el recorrido. De todos modos, la única televisión que hay en el salón estaba prendida, transmitiendo el noticiero.
Los detenidos en este pabellón, 13 en total, son de baja conflictividad. Según aseguran fuentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF), ellos son en general personas mayores, dóciles, y se adaptan a las normas. Como todos los demás presos de Marcos Paz, pueden salir de sus celdas a las 8 de la mañana para compartir actividades y ambientes con sus compañeros de pabellón. A las 22, en tanto, las celdas se cierran hasta el día siguiente.
Cada preso tiene designada una "celda húmeda", ya que posee dentro un lavabo y un inodoro. Este espacio de 4 x 2,50 metros se completa con una cama, un banquito, un escritorio fijo, una biblioteca empotrada, y una pequeña ventana de rejas verdes.
El salón principal del pabellón, en tanto, tiene como mobiliario apenas algunas sillas y mesas de plástico. Sobre un costado hay dos heladeras, también dos teléfonos fijos, la única manera de comunicarse con el exterior; y en los rincones se acumulan botellas de plástico de agua y paquetes de papel higiénico. También algún diario viejo.
El salón huele a limpiador artificial fuerte mezclado con un incienso, prendido por alguno de los internos antes de partir a su actividad. Son los propios presos los que se ocupan del aseo del lugar y de lavar sus utensilios después de cada comida.
A propósito de la comida, los reclusos a causa de los cuadernos reciben cuatro viandas por día. Algunos siguen dietas adecuadas a prescripciones médicas, por ejemplo: hipocalóricas y sin grasas. Se sirven sopas de verduras, tortillas, ensaladas, vegetales, arroz y frutas frescas. Es que algunos internos tienen patologías que requieren dietas específicas, como en el caso de De Vido que es diabético.
La actitud de estos internos en general es reflexiva, aseguran en el SPF. A muchos les gusta leer y se ocupan también de concentrarse en las causas en las que están comprometidos. Suelen, además, retirar libros de la biblioteca de la prisión.
Según informan en el penal, estos reclusos se llevan bien entre ellos y pasan parte del día en el patio, especialmente los fumadores, que son la mayoría. Son también grandes consumidores de mate. Para matar el tiempo juegan al ajedrez y a otros juegos de mesa, excepto a las cartas, que están prohibidas por razones de seguridad.
No miran fútbol por televisión porque no cuentan con el servicio pago. Tienen el sistema de Televisión Digital Abierta (TDA), con un número reducido de canales. Para entretenerse, acuden al DVD. Sobre una de las mesas, hay una pila de copias de películas y series: La casa de papel es la primera que se ve.
Los presos en este sector están constantemente vigilados por numerosas cámaras dispuestas en los lugares comunes del pabellón, y los guardias del sistema IRIC están especialmente capacitados para tratar con este tipo de reclusos.
La cocina está al fondo del SUM, equipada con un freezer, dos microondas, una pileta y varias estanterías saturadas de alimentos de todo tipo: fideos, pan lactal, galletitas, huevos, yerba. Debajo de la mesada, hay una caja de cartón llena de frutas.
Finalmente, el patio del pabellón es un espacio bastante frecuentado por los internos del sistema IRIC. Las paredes son altas y coronadas de alambres de púas. En un rincón, tres o cuatro bidones llenos de líquido y atados todos a un palo de escoba, funcionan a modo de pesa, para que los internos puedan ejercitarse.