DOLOR

Murió Aretha Franklin: adiós a "Lady Soul"

Un cáncer terminó con la vida de la cantante más importante de la segunda mitad del siglo XX.

Aretha Franklin, una de las grandes voces que tuvo el siglo XX, murió hoy a los 76 años, luego de una larga lucha contra un cáncer de páncreas.

Era una diva y sabía muy bien lo que eso signifcaba: "Ser una diva no tiene nada que ver con tu música, sino con los servicios que has prestado a tu sociedad y a tu comunidad, con todo lo que has contribuido para hacerla mejor", solía decir la fabulosa intérprete.

La Reina del soul, que en los últimos años batalló contra varios problemas de salud, canceló sus conciertos a principios de esta temporada por orden de sus médicos, quienes le recomendaron que dejara de viajar y guardara reposo. Así, también debió dejar a un lado la celebración pública de su cumpleaños número 76 que se iba a realizar en marzo en Newark, Nueva Jersey, y su esperada participación en el Festival de Jazz y Herencia de Nueva Orleans, en abril.

Antes de la prescripción médica, el año pasado, la cantante que hizo de su versión de "Respect" un himno anunció su retiro de los escenarios.

Como sentenció en su sitio web NPR, la radio pública de los Estados Unidos, Aretha "es más que una mujer, más que una diva, más que una entertainer. Aretha Franklin es una institución de Norteamérica". Y nada de eso cambiará con su muerte.

Nacida en Memphis, Tennessee, el 25 de marzo de 1942, la pequeña Ree, como la llamaba la familia, se crió en Detroit con su padre, el sacerdote bautista Clarence LeVaughn Franklin, sus dos hermanas y un hermano. Su madre, la cantante gospel Barbara Franklin (Siggers, su apellido de soltera), los abandonó cuando Aretha tenía seis años. Fue en ese momento que trocaron Memphis por Detroit, la capital norteamericana de la industria automotriz, la sede de Motown, el sello que en 1959 fundó Berry Gordy Jr. y que en los 60 alcanzaría su apogeo y un sonido distintivo.





En la polémica biografía de David Ritz, Respect, publicada en 2014, se revela que la madre de la cantante se cansó de las infidelidades de su marido y dejó el hogar. En las mismas páginas se describe al reverendo C. L. Franklin (conocido en Detroit como "La voz del millón de dólares" y confidente de Martin Luther King) como un hombre que utilizaba el espacio de su iglesia para montar gigantescas orgías que Ray Charles describió como un "circo del sexo". "Cuando se trataba de puro sexo (en esa iglesia) eran más salvajes que yo, y eso es decir algo", contó el autor de "Georgia on my Mind" en la biografía que tardó quince años en ver la luz.

Aretha Louise aprendió a tocar el piano de muy chica y de oído. Con sus dos hermanas, Carolyn y Erma, de día cantaba en la iglesia bautista de su padre y, por las noches, cuando soñaba con ser la próxima Ella Fitzgerald, escuchaba jazz, radio mediante. También por su casa pasaban grandes figuras de la música de iglesia, como Mahalia Jackson. Precoz en muchos aspectos de su vida, a los 12 años quedó embarazada. Dos años más tarde, cuando estaba a punto de tener a su segundo hijo, debutó discográficamente con The Gospel Soul of Aretha Franklin.

B. B. King solía decir que la única diferencia entre el blues y el gospel es una palabra. Mientras en el blues se dice "Oh Baby", en el gospel se suele cantar "Oh God". Aretha unió lo esencial de ambos mundos y los condensó en el soul, esa música que desgarra el alma pero que también la insufla y la ilumina.

En 1960, Aretha dejó su querida Detroit por la lejana Nueva York para tomar clases de técnica vocal y danza. Muchísimos años después, a fines de los 90, se graduaría en la prestigiosa escuela de música Juilliard en piano classic. Mientras se hacía conocida en el ambiente musical, incluso se decía que el prestigioso sello de música negra Motown iba a ficharla, la cantante firmó a comienzos de los 60 un contrato con Columbia Records. El prestigioso productor John Hammond fue el artífice de esa "incorporación".

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