Madonna, la Reina del Pop, cumple 60 años
Louise Veronica Ciccone sigue firme en su trono.
El objetivo de esta artista que el jueves 16 cumple 60 años, nacida en Michigan como Madonna Louise Veronica Ciccone, huérfana de madre a los cinco años, alumna aplicada, bailarina formada por el coreógrafo Alvin Ailey y modelo publicitaria antes de convertirse en ícono global, se cumplió con creces. Su música acompañó victorias individuales y sociales, en discotecas urbanas improvisadas en subsuelos tanto como en marchas de activismos de todas las especies, relata el periodista Daniel Gigena, para lanacion.com.ar
Y continúa contando; Madonna se mudó a Nueva York en 1977, adonde llegó con poco más de treinta dólares en el bolsillo. "Ese fue el acto más valiente de mi vida", declaró. Hoy, cuando pasó de ser una cantante más de la industria musical a un símbolo cultural que adquiere significados diversos según pasan los años, es una empresaria que cuenta con un capital único: ella misma. La fortuna de la "chica material" es ilimitada y sus divisas de libertad sexual, libertad a secas, empoderamiento femenino, creatividad y juventud eterna inspiraron e inspiran a millones de personas en el mundo.
Desde el comienzo, la carrera de Madonna estuvo emparentada con la danza y la expresión de una sexualidad plena.
Formada con Ailey, discípulo de Martha Graham y Hanya Holm, Madonna no abandonó nunca sus clases de baile y gran parte de su producción (discos, conciertos y videos) está atravesada por la reivindicación de ese arte, el más físico de todos. Luego de cautivar a un productor de Sire Records con la canción "Everybody", pudo grabar su primer disco. Madonna fue lanzado en julio de 1983. Un disco de pop rock y música disco con canciones burbujeantes como "Lucky Star" y "Borderline", que cruzaron las décadas sin perder frescura. Mientras sus temas alcanzaban los primeros puestos, la joven Ciccone comenzó a trabajar en la primera película de su trayectoria (tal vez la mejor de todas en las que actuó), Buscando desesperadamente a Susan, de Susan Seidelman. En simultáneo, componía y producía las canciones de su segundo disco, Like a Virgin, de 1984.
A partir de entonces, el estilo de vida y la obra de Madonna se fusionaron hasta volverse indivisibles. Su manera de vestir, de bailar y de cantar (imitada por niñas, niños y jóvenes de todo el mundo), sus actuaciones provocativas en MTV y en conciertos, los anatemas vaticanos y de agrupaciones católicas que recibió por utilizar símbolos religiosos en videos y portadas de álbumes y su gusto por la explicitud en cuestiones sexuales crearon un personaje tan poderoso como rebelde. Madonna fue una de las primeras artistas femeninas conscientes del poder de la imagen, del uso en beneficio propio de los medios de comunicación y también de la importancia de elegir buenos colaboradores. Todos los productores que trabajaron con ella, de Nile Rodgers a Mirwais, pasando por Stuart Price y Massive Attack, ayudaron a definir distintos "conceptos sónicos" de la música de Madonna: celebratoria, erótica, mística, lasciva, heroica, íntima y arrebatada por un entusiasmo dionisíaco.
Del mismo modo en que cosechó varios estilos musicales (pop, folk, electrónica, dub, trance, ritmos latinos, rap y R&B), Madonna cultivó su imagen. Desde su tercer disco, los diseños de portada de los álbumes estuvieron a cargo de genios en el arte de la imagen: Herb Ritts para True Blue, Mario Testino para Ray of Light, Jean-Baptiste Mondino para Music, Michael Amzalag y Mathias Augustyniak para American Life, donde la estrella aparecía como una sucedánea del Che Guevara, y Steven Klein para Confessions on a Dance Floor, donde posa como reina de la noche. Algo similar ocurre con los músicos invitados: Prince, Lenny Kravitz, Kanye West, Meshell Ndegeocello y Justin Timberlake participaron en discos de Madonna desde fines de los años 80 hasta hoy.
En la biografía de J. Randy Taraborrelli, fuente de consulta de todos los "madonólogos" del planeta, se insinúa que Madonna tuvo la suerte de comenzar a trabajar en compañías discográficas modestas. Si en ese entonces hubiera caído en manos de Warner o EMI, su carrera tal vez hubiera perdido singularidad. La "ambición rubia", como bautizó a su gira de 1990, tendría para siempre el control de su obra. Desde Like a Prayer, obra maestra de 1989, todos los álbumes de Madonna fueron compuestos bajo su imperio y, en cierto sentido, se volvieron discos sobre Madonna. Like a Prayer, que aúna psicodelia con negro spiritual, fue considerado por la crítica el segundo mejor disco pop de la historia (el primero de esa lista era Revolver) y Madonna lo dedicó a la memoria de su madre, quien le había enseñado a rezar. Erotica, de 1992, fue editado directamente por Maverick, sello creado por la artista para desarrollar proyectos propios y de otras figuras como Alanis Morissette, The Prodigy y, años después, la gran sucesora de Madonna: Britney Spears.
En simultáneo, Madonna publicó Sex, libro de fotografías concebido como un fetiche sexual. Mientras asumía la personalidad de Mistress Dita, posaba para la cámara de Steven Meisel en escenas sexuales con Isabella Rossellini, Big Daddy Kane, Naomi Campbell y Vanilla Ice, su pareja del momento. Primero, el libro fue censurado, luego elogiado y por último juzgado como una obra de arte. Junto con el álbum, donde aparecen canciones emblemáticas como "Deeper and Deeper", "Secret Garden" y "Rain" (con Ryuichi Sakamoto al piano), la publicación de Sex provocó una nueva oleada de escándalos que no hizo otra cosa que posicionar a la artista. Pocos años después, Madonna grabó un disco más personal e intimista, Bedtime Stories (1994). Considerado un disco de transición a la música electrónica, contó con la colaboración de Björk, Nelle Hooper y Babyface.
En 1998, cuarenta años después de su nacimiento, Madonna se convierte en madre con Lourdes, y la primera canción del luminoso Ray of Light (1998) alude a un éxito de 1958: "Little Star", de The Elegants. En ese álbum, producido por William Orbit y Pat Leonard, se refiere a distintas prácticas espirituales, como la cábala, y canta incluso un tema en sánscrito, "Shanti/Ashtangi".
En el año 2000 le sigue Music, con un sonido renovado que entrecruza la electrónica, la música funk y el folk. Uno de los temas, "Don't Tell Me", fue compuesto por un artista de culto: Joe Henry, cuñado de Madonna. En el nuevo milenio, Madonna grabará al menos un disco extraordinario después de Music. Ese álbum fue Confessions on a Dance Floor (2005), donde regresa a las canciones bailables con un espíritu retrospectivo levemente paródico, como se observa en los videos de promoción, luego del fallido y contestatario American Life.
Sin que eso afecte su fama, en los tres álbumes restantes grabados hasta ahora por Madonna predomina un aire de mixtura millennial que no termina de convencer por completo: hip-hop, trap, electrónica, drum and bass y rap se suceden de un tema a otro con una caravana de artistas invitados: Nicki Minaj, Kanye West, M.I.A. Fue esta última la que le sugirió a Madonna el título de su penúltimo disco, MDNA (2012), donde con el nombre de la cantante se condensan el de una droga sintética creada para bailar y hacer el amor y la sigla del ADN. Madonna, a los 60 años, ya forma parte del código genético de la cultura global.
El año de los reyes del pop
Si Michael Jackson viviera, también cumpliría 60 años en este agosto. Hace 9 que murió y el trono del Rey del Pop está vacante desde entonces. Su amiga tuvo en las últimas décadas muchas candidatas a heredera, incluso algunas que contaron con su aprobación, como Britney Spears, pero lo cierto es que ninguna pudo calzarse el traje, aun vendiendo tantos discos como ella o generando furores parecidos entre el público.