CEMENTERIO DE DARWIN

Malvinas: fue mal identificada la tumba de un santiagueño

Los restos del soldado Héctor Walter Aguirre no se encontraban en la tumba que llevaba su nombre, sino en otra. Lee toda la investigación.

El resultado de una serie de cotejos de ADN probó lo que una familia santiagueña había denunciado tiempo atrás, sobre el soldado Héctor Walter Aguirre: que sus restos no estaban enterrados en la tumba que llevaba su nombre, sino en cuya placa se podía leer "Soldado argentino sólo conocido por Dios".

Esto fue confirmado por Mariana Soledad Aguirre, hija del santiagueño en cuestión, tras ser notificada del resultado del análisis de ADN por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

En el mismo sentido, en el acta de la notificación, la mujer pidió que se aclare el origen del error por el cual se puso el nombre de su padre a una tumba donde no están sus restos.

Todo comenzó con una denuncia penal iniciada por una ciudadana particular y los reclamos de las secretarías de Derechos Humanos de las provincias que impulsaron la investigación: Santiago del Estero, Salta y Chaco.

El primer resultado se conoció ayer, y su desenlace da sustento a la sospecha de que en el cementerio argentino de las islas Malvinas habría cinco sepulturas que llevan nombres de 12 personas que no son las que allí yacen.

El cuerpo del santiagueño Aguirre fue identificado por el cotejo de las muestras de ADN entregadas por sus familiares con los restos de tumbas anónimas, marcadas con placas con la leyenda "Soldado argentino solo conocido por Dios". La operación se encuadró en el Plan Proyecto Humanitario (PPH) acordado entre Argentina y Gran Bretaña para identificar a los soldados argentinos enterrados en tumbas anónimas.

Según informa el diario La Nación, este soldado de la Fuerza Aérea no estaba en una tumba anónima, como establece el acuerdo. Supuestamente yacía en una sepultura con su nombre y apellido junto a los restos de otros soldados: dos de la aeronáutica, Luis Guillermo Sevilla y Mario Ramón Luna, y el gendarme Ricardo Sánchez. Sin embargo, sus familiares sospechaban desde hacía 14 años que los restos de Aguirre no estaba ahí. El motivo: el nombre del soldado no figuraba en el cementerio original que había dejado el militar británico Geoffrey Cardozo en 1983. Cardozo fue quien se encargó de recoger los cadáveres de los caídos argentinos en distintos puntos de las islas y enterrarlos en Darwin.

Los nombres de Aguirre, Sevilla y Luna aparecieron luego de la remodelación del cementerio, en 2004, en las placas de granito que se colocaron en lugar de las cruces de madera originales.

Los familiares se enteraron de casualidad de que sus caídos tenían, repentinamente, una tumba. Cuando preguntaron, les respondieron que era una cuestión simbólica.

La investigación se agilizó cuando una profesora de Historia e investigadora de la guerra, Alicia Panero (de Córdoba), estudió los casos y llegó a la conclusión de que los familiares tenían razón. Finalmente, presentó una denuncia en los tribunales federales de Córdoba. En esa denuncia, que hoy se encuentra en Comodoro Py, reclama a distintos funcionarios nacionales y a la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur (la ONG encargada de la administración y mantenimiento del cementerio desde 1983) que esclarezcan la situación. A partir de ese momento, y con la ayuda de las secretarías de Derechos Humanos de Santiago del Estero, Salta y Chaco, se aceleraron los tiempos. Se tomaron las muestras de ADN de tres familias (Aguirre, Sevilla y Luna) y el de ayer es el primer resultado que se conoce.

 


Ir a la nota original

NOTICIAS RELACIONADAS

MÁS NOTICIAS