La mujer que tiene la llave del muro fronterizo entre Estados Unidos y México

Autoridades federales le dieron una clave, que le permite a la femenina abrir un portón que está en la balla y poder acceder al otro lado de sus tierras.

El fondo de la casa de Eloísa Támez, en Texas (EE.UU.), era un inmenso terreno hasta donde alcanzaba ver el horizonte; pero esa situación cambió hace cerca de 10 años, cuando le fue atravesada una inmensa valla de 5,5 metros de altura para marcar la frontera entre este país y México.
Según un relato a la agencia AFP, los antepasados de esta apache del grupo lipán eran los dueños de estas tierras, ubicadas en el fronterizo poblado de El Calaboz, desde un siglo antes de que una guerra impusiera el límite entre Texas y México.
Gracias a una ley de 2006 del entonces presidente George W. Bush se decidió vallar la frontera. Los trabajos comenzaron y como no era posible levantar el muro en medio del Río Grande, que marca el límite natural con México, las autoridades decidieron erigirlo unos kilómetros más al norte de la orilla, lo que produjo esa división en el terreno de Támez.
"Es muy triste ver lo que sucedió a mi propiedad, que era valorada por mis padres, no por el dinero, sino por lo que la tierra producía para nosotros, porque mi padre era granjero", dijo Támez, profesora de enfermería de la Universidad de Texas.
Ante la 'violación', como ella misma ha definido esta medida, las autoridades federales le dieron una clave, que le permite a Támez abrir un portón que está en el muro y poder acceder al otro lado de sus tierras.
La profesora puso una demanda al Gobierno federal, pero la perdió y en 2009 fue obligada a recibir una compensación de 56.000 dólares, que prefirió donar a becas de enfermería a nombre de sus padres.
Támez dice que "no es la primera vez que violan nuestros derechos al quitarnos nuestra tierra", pues señaló que en 1936 hubo también una apropiación de terrenos de los lipán.
De concretarse avanzar en la construcción del muro fronterizo, como lo ha exigido Donald Trump, situaciones como las de esta profesora se multiplicarán, advierte. Pero hasta el momento, la iniciativa del mandatario, quien pide 25.000 millones de dólares para levantar kilómetros de valla, no ha prosperado en el Congreso.

El fondo de la casa de Eloísa Támez, en Texas (EE.UU.), era un inmenso terreno hasta donde alcanzaba ver el horizonte; pero esa situación cambió hace cerca de 10 años, cuando le fue atravesada una inmensa valla de 5,5 metros de altura para marcar la frontera entre este país y México.

Según un relato a la agencia AFP, los antepasados de esta apache del grupo lipán eran los dueños de estas tierras, ubicadas en el fronterizo poblado de El Calaboz, desde un siglo antes de que una guerra impusiera el límite entre Texas y México.

Gracias a una ley de 2006 del entonces presidente George W. Bush se decidió vallar la frontera. Los trabajos comenzaron y como no era posible levantar el muro en medio del Río Grande, que marca el límite natural con México, las autoridades decidieron erigirlo unos kilómetros más al norte de la orilla, lo que produjo esa división en el terreno de Támez.

"Es muy triste ver lo que sucedió a mi propiedad, que era valorada por mis padres, no por el dinero, sino por lo que la tierra producía para nosotros, porque mi padre era granjero", dijo Támez, profesora de enfermería de la Universidad de Texas.

Ante la 'violación', como ella misma ha definido esta medida, las autoridades federales le dieron una clave, que le permite a Támez abrir un portón que está en el muro y poder acceder al otro lado de sus tierras.

La profesora puso una demanda al Gobierno federal, pero la perdió y en 2009 fue obligada a recibir una compensación de 56.000 dólares, que prefirió donar a becas de enfermería a nombre de sus padres.

Támez dice que "no es la primera vez que violan nuestros derechos al quitarnos nuestra tierra", pues señaló que en 1936 hubo también una apropiación de terrenos de los lipán.

De concretarse avanzar en la construcción del muro fronterizo, como lo ha exigido Donald Trump, situaciones como las de esta profesora se multiplicarán, advierte. Pero hasta el momento, la iniciativa del mandatario, quien pide 25.000 millones de dólares para levantar kilómetros de valla, no ha prosperado en el Congreso. 

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