EXCLUSIVO DE EL LIBERAL

Un santiagueño nos cuenta cómo es vivir en Rusia

Se llama Gonzalo Ramírez. Desde hace dos años que reside en esa lejana nación, en donde también contrajo nupcias con una joven rusa.

Durante años, para muchos argentinos decir Rusia representaba una nación no solo lejana, sino hasta extraña.

Sin embargo, a medida que el Mundial de Fútbol 2018 se fue acercando esa distancia cultural se fue estrechando.

Fue así que, con la irrupción de esa pasión deportiva empezaron a trascender las llamadas “historias de vida”, de quienes dejaron estas latitudes para afincarse en Rusia.

Ese fue el caso de un santiagueño. Su nombre: Gonzalo Ramírez, quien desde hace dos años se encuentra radicado en esa nación.

En exclusivo con EL LIBERAL, desde allí nos brindó un amplio panorama de cómo se vive en ese país, más allá del Mundial.


“La vida se rige por el consumo. Al ruso le gusta gastar. Los restaurantes se llenan. Siguen tendencias, modas. Por ejemplo ahora se acostumbraron a usar el monopatín con motorcito. Así que todos tienen uno”, dijo a EL LIBERAL.

“A los rusos les gusta salir a pasear. El metro hace que todo esté cerca. Es una de las líneas más largas del mundo. Es increíble pensar que uno en 30 o 40 minutos va desde la punta de la ciudad a la otra”, comentó.

“También aquí, en Rusia, más precisamente, en su capital Moscú, en donde vivo hay muchos espacios o pulmones verdes. Así que aquí se respira un aire muy puro, dentro de todo”, sostuvo.

“El ruso en sí, es una persona simpática. Cuando te conoce te abre las puertas de su casa, te invita a comer, a tomar un vaso de vodka. Eso me pasó a mí el primer día que llegué porque todos los familiares o amigos de mi señora (rusa) me querían conocer”, resaltó Gonzalo.

En cuanto a la economía, dijo que el salario de los rusos es bajo para nosotros, como los precios. “Por eso hay muchos rusos que no pueden comprarse cosas que nosotros los extranjeros buscamos cuando llegamos a esta nación, porque para ellos les parece caro o les cuesta mucho”, indicó.

“Para darles un ejemplo, hasta se privan de viajar en taxi, que para nosotros viniendo a Rusia es súper barato, pero para ellos es caro”, remarcó.

Sobre su vida personal, dijo que se encuentra en Rusia desde noviembre de 2016. “No he vuelto a Santiago del Estero, a la Argentina por cierto. Me muero por una empanada, por una gaseosa de nuestra provincia, por un lomito”, destacó.

“Ahora trabajo para una empresa de Lituania (nación vecina de Rusia). Me casé acá, ya tengo un departamento”, explicó.

En cuanto a los hinchas argentinos que llegaron por estos días a Rusia, Gonzalo contó una anécdota particular: “Acá todos los argentinos están desesperados en busca de Fernet no es que no se encuentre sino, por ejemplo, la botella es igual, pero el gusto no es lo mismo, y está bastante caro. Su precio, pasado a pesos, sería de unos $ 1.000 o sea que es un bien preciado. Así que, en ese sentido, yo estoy muy agradecido cuando algún turista argentino nos trae de regalo un Fernet o Gancia”, finalizó.

Tabla de precios

Para tener idea de los precios, Gonzalo nos entregó esta tabla en donde figuran los montos, tanto en rublos –moneda oficial de Rusia- y en dólares:

Un “sangüichito” 200-250 rublos (4 dólares)

Una simple hamburguesa de MacDonald 50 rub. (1dolar)

Café 300 rub. (5 dólares)

Un plato gourmet de 600 a 1200 rub. (de 10 a 20 dólares)

Una gaseosa, Coca 60 rub. (1 dólar)

Un vodka, bueno de 400 a 1200 rub. (de 7 a 20 dólares)

Un Fernet, botella chica 30 dólares

Pasaje en Subte 36 rub (0,5 dólares)

Gasolina 50 rub.

Alquilar al mes 30 mil rub. (500dol)

Cine 400 rub (7 dólares)

Teatro: “Bolshoy” 5000-8000 rub. (de 80 a 130dolares)

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