Tras el debate por el aborto, el obispo Bokalic dijo estar "triste, porque la vida del que no puede ser escuchado quedó relegada"
El referente de la Iglesia Católica santiagueña consideró que el desafío de los pastores será seguir trabajando en "defensa de las dos vidas", al apuntar que en el debate "estaba en juego la criatura".
Tras el extenso debate legislativo en el Congreso que derivó con la media sanción por la interrupción voluntaria del embarazo, el obispo de la provincia, monseñor Vicente Bokalic, resaltó a EL LIBERAL sentirse "triste, porque la vida del que no puede ser escuchado quedó relegada".
"Estoy triste -insistió-
porque esto que ocurrió en el Congreso no es un partido de fútbol. La Iglesia y los hombres de buena voluntad han planteado su posición en torno a este tema, y se han escuchado muchas voces y la primera impresión que tengo es que la voz del más débil no fue escuchada", planteó, al ratificar que su pensamiento está en sintonía con la posición adoptada por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
"La Iglesia siempre tuvo una postura del diálogo, de escuchar respetuosamente, sin agresión, y luchando por la vida de las dos personas", agregó el obispo.
Aseguró que el desafío será "seguir por el camino del diálogo y el respeto, que es propio de una sociedad democrática donde todas las voces sean escuchadas. Los legisladores tienen mucho que ver con esto, y sabemos que detrás de esto (del debate de ayer) hubo otros intereses económicos, ideológicos, pero nosotros seguimos apostando por la vida".
Continuó diciendo que "la Iglesia, alentó el debate, respetándonos, escuchando las posturas, pero acá estaba en juego la vida de la criatura. No es una disposición sobre el cuerpo, aquí hay dos vidas", sostuvo, luego del debate que mantuvo en vilo a la sociedad argentina por 24 horas.
Acompañamiento
Bokalic sostuvo que la Iglesia "es consciente de la situación que sufre la mujer en situaciones de marginación, de atropello y de poca atención sanitaria, quizás de los errores que hemos tenido, de una mala adecuación sexual integral, que no pasa solamente por instruir a nuestros jóvenes en métodos anticonceptivos, es mucho más amplio. Para hablar de educación sexual hay muchas cosas de trasfondo, como ser la situación social que viven nuestras familias y que seguramente hay mucha violencia y responsabilidad a la hora de la unión del hombre y la mujer, pero sin duda que tras este debate, la primera sensación de tristeza que tuve es que al niño por nacer nadie lo escuchó".
Ahondó: "Reconocemos ciertamente el drama y trauma que viven muchas mujeres, nadie va a hacerse alegre un aborto. Nosotros, los sacerdotes, muchas veces escuchamos las confesiones, porque nos piden conversar del trauma de la mujer que pasó por un aborto".
Atento al proyecto que fue girado al Senador para su tratamiento final, el obispo dijo: "Hay que seguir trabajando por el valor de la vida. Las dos vidas. Nunca hemos descartado la vida. Cuando hay vida podemos resolver todo, pero cuando se corta una vida queda todo a mitad de camino. Ese es nuestro desafío como pastores, el de trabajar por la vida, acompañando a las mujeres más débiles, a las que no tienen acceso y en una situación difícil tienen que buscar como un atajo el aborto, cuando sabemos que esa no es la solución, pero seguiremos trabajando", concluyó.