El impresionante combate a muerte de dos cobras escupidoras

Un aficionado a la fauna fue testigo de una pelea a vida o muerte entre dos serpientes en la ciudad sudafricana de Limpopo.

Cuando Dave Du Toit vio la escena, creyó al principio que lo que tenía delante de los ojos no era más que un gran palo en el suelo.
Solo momentos después se dio cuenta de que aquel 'palo' eran en realidad dos cobras escupidoras enzarzadas en una feroz pelea que había quedado en tablas. Las dos serpientes se mordían mutuamente las mandíbulas y se retorcían en el suelo, quedando en algún momento boca arriba a causa de la virulencia de los envites, informa Daily Mail.
Du Toit decidió poner fin a esta batalla. "Se estaban retorciendo, así que las cogí, las separé y les dije que se portaran bien y las dejé que siguieran su camino", bromeó.
"Espero que se hayan calmado y no vuelvan a pelearse", dijo este aficionado al mundo natural.
Las cobras escupidoras son serpientes comunes en Sudáfrica, Zimbabue, Lesoto y Suazilandia que, a pesar de su nombre popular, no pertenecen al mismo género que las cobras auténticas. El veneno que escupen no es mortal para los humanos, pero puede dañar la vista y causar un dolor intenso si entra en contacto con el ojo.

Cuando Dave Du Toit vio la escena, creyó al principio que lo que tenía delante de los ojos no era más que un gran palo en el suelo.

Solo momentos después se dio cuenta de que aquel 'palo' eran en realidad dos cobras escupidoras enzarzadas en una feroz pelea que había quedado en tablas. Las dos serpientes se mordían mutuamente las mandíbulas y se retorcían en el suelo, quedando en algún momento boca arriba a causa de la virulencia de los envites, informa Daily Mail.

Du Toit decidió poner fin a esta batalla. "Se estaban retorciendo, así que las cogí, las separé y les dije que se portaran bien y las dejé que siguieran su camino", bromeó.

"Espero que se hayan calmado y no vuelvan a pelearse", dijo este aficionado al mundo natural.

Las cobras escupidoras son serpientes comunes en Sudáfrica, Zimbabue, Lesoto y Suazilandia que, a pesar de su nombre popular, no pertenecen al mismo género que las cobras auténticas. El veneno que escupen no es mortal para los humanos, pero puede dañar la vista y causar un dolor intenso si entra en contacto con el ojo. 

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