Joven abusada por el padre genera una dura batalla legal
Fiscal y defensor sostienen su posición. Se trata de desentrañar si hubo o no abuso y si la víctima tiene retraso madurativo.
La denuncia en contra de un vecino de un barrio del oeste de la ciudad generó una dura batalla legal entre la Fiscalía y la defensa, ávidas de desentrañar si el hecho descubierto configura o no un abuso sexual.
El hecho sobrevino en marzo del 2017. La víctima había estado hablando por celular con una de sus hermanas, dejó el aparato en la cama sin cortar la comunicación y la interlocutora escuchó cuando el padre ordenaba a su hermana tener sexo.
El adulto y la hija en cuestión vivían en una casa y los otros hijos, en sus respectivas viviendas. Al conocerse lo sucedido, todos arribaron al hogar. Hablaron con la joven de 18 años, y luego ésta formalizó la denuncia.
Posición fiscal
Para el fiscal Ramón Alfonzo, la víctima sufre retraso madurativo y desde hace casi 4 años era ultrajada por el padre.
Dos semanas atrás, el juez de Control y Garantías, Fernando Viaña, envió a juicio el caso.
Ahora, el abogado Juan José Saín objetó la resolución y forzó a la intervención de la Cámara de Apelaciones.
Para el letrado, habría "un error formal" en la acusación, por entender que lo sustancioso no fue acreditado: en alusión, al presunto retraso madurativo.
De acuerdo con la defensa, la joven tiene dos hijos, fruto de otras relaciones anteriores.
Saín expuso un dilema a los jueces: ¿Puede haber una disminución psíquica en la acción endilgada al padre, y no en las dos relaciones previas?
En perspectiva judicial, el abogado confía en determinar que la joven tendría sus facultades mentales óptimas, y/o por lógica añadidura, sugerir una relación consentida.
Por lo pronto, neutralizó el envío a juicio y tres jueces dispondrán una nueva audiencia.
En ella, Alfonzo y Saín animarán la previa al juicio.
Alfonzo ratificaría su investigación y acusaría al hombre de vejarla desde adolescente.
Subrayaría la soledad de la joven; el temor hacia su padre y el contrasentido por lo "retorcida" de la figura paternal.
Saín no se quedaría atrás. Aspiraría a obtener certezas sobre la salud mental de la joven y desde ahí agrietar la acusación fiscal.
Sin verbalizarlo, la defensa dejará entrever que la joven es sana y, si surge lo contrario, por lógica, los padres de sus hijos también cometieron abuso.
El "plan B" decisivo quizá radique en importar un fallo (del sur del país) a favor de un padre que tuvo sexo con la hija. La sentencia en ese caso estableció que el incesto no es delito. l