Según ADN, el bebé no era de Quisbert y en su ropa había sangre de María Corvalán
La mató en julio de 2015. A las 9.30 declara ante el tribunal. Quizá devele qué hizo con la llave francesa homicida.
El tribunal incorporó al juicio contra Martín Coronel Quisbert pruebas de ADN: su ropa delató sangre de María Corvalán y el crimen no se habría cometido con hacha, o machete.
El asesinato estalló en julio del 2015 en Antenor Álvarez Nº 1115, casi República del Líbano.
Lo trascendente del debate radica en el vínculo entre ambos, ya que la autoría material no es duda.
Por ello, hoy Quisbert va a declarar y reconstruir cómo y por qué mató a María.
Al ser indagado, confió que usó una llave francesa, pero ésta nunca apareció.
Armas tentativas
También se habló de un hacha y un machete. Sin embargo, ambas armas tenían sangre, pero por aparente salpicadura de María.
La víctima vivía en la casa de Quisbert hace 7 días.
Entre el 5 de mayo y esa fecha, la mujer habría padecido problemas de vivienda, tras discutir con su madre e irse de la casa.
Para la Fiscalía, Quisbert planificó la tragedia en su propio hogar y la ejecutó, delante de los 7 hijos.
Muy por el contrario, la defensa, Cecilia Pinto, aplica la misma teoría, pero en perspectiva opuesta.
¿Que asesinó puede autoincriminarse con pruebas en su propia casa?, exhorta.
Los números
Ambas tendrán hoy al hombre frente suyo y podrán fusilarlo a preguntas.
Quisbert, de pocas palabras, desandará su historia empujado por el remordimiento, catarsis, o porque necesita decir su verdad.
Después, los jueces quizá pasen a los alegatos, previo a la sentencia.
La fiscal Marta Ovejero pediría perpetua, ya que asume que es un "homicidio calificado", porque había un vínculo afectivo entre Quisbert y la víctima.
Enfrente, la defensa apostará fuerte al "homicidio simple", segura de que su cliente carecía de relación con María y sólo le alquilaba una habitación. Pinto va por el mal menor: una pena de 8 a 25 años.