Video | La tucura quebrachera arrasa con sembradíos en más de 100 mil hectáreas
Los cultivos de soja, maíz, algodón y sorgo están en problemas. También las pasturas fueron atacadas por las langostas.
Una superficie estimada en unas 100 mil hectáreas, entre Matará, Añatuya, Vilelas y Yuchán, se encuentra bajo ataque de las tucuras quebracheras que arrasaron con sembradíos de sorgo, maíz, algodón, soja y también pasturas, según confirmó el presidente de la Sociedad Rural de Matará, José Ferreiro.
"Es impresionante lo que está sucediendo, la multiplicación que ha logrado este año la tucura quebrachera ha sido exponencial y el daño que está causando es tremendo", señaló el productor.
Añadió que "los daños son en sorgo, maíz, algodón y soja pero además hay una cosa importante que es difícil de cuantificar y son todas las pasturas que han comido porque además estamos en un año muy seco y han avanzado sobre el poco pasto que hay para que las vacas puedan tener alimento en el invierno. No hemos podido almacenar granos porque no se ha podido hacer cultivos de maíz y sorgo como en otros años por la sequía, entonces lo poco que hay lo está acabando la tucura".
Señaló que la tucura, -a diferencia de las langostas voladoras que bajan y comen todo lo que encuentran-, están en el monte y salen de a poco hacia los cultivos. "Estas son langostas saltonas, chicas, no vuelan, están en el monte y cuando les falta comida, salen hacia los cultivos".
Para Ferreiro, "la magnitud que hay ahora nunca se ha visto, pero era previsible porque hace tres años que el crecimiento en el monte es desmedido. El calentamiento global está provocando inviernos cortos y veranos largos y húmedos, eso hace que la langosta tenga dos generaciones por año: pone huevos dos veces y las crías vuelven a poner huevos una vez. Cuando se produce la tercera generación, ahí el crecimiento es exponencial".
El productor, detalló que hay campos en los que se está logrando atacar las langostas con ayuda del gobierno provincial y el Senasa, mediante una máquina turbosopladora y nuevas máquinas que aportó el organismo nacional.
"El problema es que mientras está en el monte no se puede aplicar y solo se las puede atacar cuando salen del monte, cuando están comiendo, por eso es necesario un monitoreo constante por parte de los productores", señaló.