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Un profesor, un ex alumno y la oscura verdad en un pueblo de Alaska

Durante años se rindió homenaje a un monstruo en Haines, donde solo viven 2 mil personas.

Rick Martin padecía una enfermedad mortal que lo consumía por lo que sabía desde algún tiempo que moriría. Él mismo había decidido terminar con todo.

Pero antes de tomar la drástica decisión grabó una serie de mensajes con su teléfono móvil y con esto provocaría una verdadera conmoción en el pequeño pueblo pesquero en el que vivió toda su vida, Haines, Alaska.

El hobre de 60 años reveló en sus grabaciones que durante su juventud había sido abusado sexualmente por uno de los más prominentes hombres de la ciudad: Karl Ward, muerto en 1997.

Ward fue una de las personas más renombradas de Haines y durante 22 años trabajó en el sistema de educación público del lugar. Se retiró en 1976. Pero antes, había sembrado semillas de oscuridad en varios de sus alumnos.

"Esto se remonta a muy lejos, y probablemente muchos de los muchachos recuerden esto. Tuve que mantener mi boca cerrada sobre esto", dijo Martin en uno de sus mensajes, reproducidos por el Chilkat Valley News.

Tras la revelación hecha por el hombre -que decidió suicidarse por la enfermedad del hígado que enfrentaba- otros cuatro hombres salieron a confirmar las afirmaciones, según destaca Infobae.

Con a revelación de Martin todo el pueblo quedó conmovido. Nadie podía creer que Ward, un profesor al que habían respetado todos, era un abusador de menores.

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Ward había llegado desde Filadelfia a Haines en 1947. Trabajaba para las Misiones Nacionales de la Iglesia Prebiteriana y comenzó a trabajar en uno de los orfanatos del pueblo de inmediato. Con niños. Y fue en 1954 cuando pasó a enseñar en el Haines High School, un instituto donde han colocado placas en su honor. También fue líder de un grupo de boyscouts. Siempre se rodeó de menores.

Ward había querido agarrarle el pene. Corrió y logró escapar. Llegó a su casa y se lo contó a su padre. Pero allí se vio con una realidad: como eran indígenas, su versión se vería reducida al confrontarla con la del profesor. "Somos nativos, y él es el superintendente blanco. Así que tú sabes, tenemos que seguir adelante", le dijo su padre.

Craig Loomis, Robert Brouillette, Nick Kokotovich y Roger Schnabel fueron los otros ex alumnos que dieron la cara para que se conociera la verdad. Todos contaron historias similares sobre el renombrado, respetado y querido profesor.

La viuda de Ward no quiso hablar. Vive en un hospicio en el mismo pueblo de toda su vida. "Está en shock", dijo una de las enfermeras que la cuida. El cartel que llevaba el nombre del abusador en la puerta del gimnasio del Haines High School fue sacado.



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