Por un celular, apuñaló a su esposa y desfiguró al hijo adolescente de 13 años
El protagonista arribó a la casa ebrio e insultó a la pareja, la que buscó un cuchillo para defenderse. Al final, madre e hijo terminaron acuchillados y ensangrentados.
Un hombre arribó borracho a su casa y generó una sucesión de escándalos que acabó con su esposa acuchillada y su hijo desfigurado.
El violento suceso tuvo lugar en una casa del Bº Islas Malvinas, en Añatuya.
Según la investigación de la fiscal Cecilia Rímini, el protagonista de tan grave descontrol fue Diego Benito Landriel, de 36 años, esposo de Érika Coria, 33. La mujer denunció que ayer su pareja volvió a la madrugada, perdido por el alcohol. A patadas abrió la puerta y se llevó cuanto encontró por delante, relató.
Descontrol total
"¿Dónde está mi celular y el cargador?", bramó. Como la respuesta tardó en llegar, Landriel despertó a la mujer y a empujones la conminó a buscar el cargador. De los gritos, pasó a las trompadas y la mujer se armó de un cuchillo que halló en la mesa. Él se lo arrebató y acentuó la golpiza, con dos trompadas en el rostro y le produjo cortes con el arma.
Traumático despertar
Tantó gritó la madre, que el hijo de 13 años despertó sobresaltado.
El adolescente exigió al padre que frenara el castigo y el individuo liberó a la mujer, pero cargó duro contra el muchacho.
A trompadas le produjo cortes en la nariz, cejas, labios y pómulos.
Aterrada por contemplar al hijo herido, Coria salió a la calle e imploró a los vecinos que llamaran a la policía. Ellos alertaron a los uniformados y en diez minutos, Landriel tenía todas las sirenas en derredor.
Operativo
Pese al alcohol, Landriel se las ingenió para permanecer dentro de la casa y mantener a raya a los policías.
De todos modos, sopesó la experiencia de los policías y el atrincherado se calmó al verse rodeado y en inferioridad numérica.
Anoche recuperó la sobriedad en una celda. Está imputado por "lesiones calificadas", en relación a las dos víctimas.
Ya recuperado el control en la cuadra, la fiscal Rímini requirió un informe socio ambiental.
La damnificada habría adelantado que su "compañero" vive golpeándola, pero que ésta es la primera vez que ella toma coraje y lo denuncia.
Salvo drástica excepción a la regla penal, de la celda Landriel pasará a la Fiscalía y, en semanas, su historia judicial devendrá en la excarcelación y exclusión del hogar.