HISTÓRICO

Un amarillento folleto rescata del olvido cómo se organizaban los corsos de carnaval de la calle San Martín

La familia era una animadora principal de los corsos que organizaban las instituciones intermedias de la comunidad.

El color amarillento lo delata. No está enfermo, pero hay que tratarlo con mucho cuidado. El paso del tiempo lo puso tal vez en el lugar ideal de irrefutable testigo de la historia. El documento gráfico (hoy), volante que se entregaba en mano (de aquella época), ha congelado en el tiempo la descripción de los corsos, posiblemente en la década del 30 como parte de los festejos de carnaval que organizaba el Centro Social de Frías. "Grandes festejos a realizarse los días: 6 – 7 – 8 – 9 – 13 y 14 de Febrero" titula el volante.

La información al clásico estilo de la época invita a renglón seguido: "Con motivo de aproximarse las tradicionales fiestas de Carnaval a efectuarse en los días señalados el Centro Social de Frías animado como siempre con el propósito de cooperar en todo lo que sea bregar en pro del mejoramiento colectivo y sano, solicitó y obtuvo de la Intendencia Municipal, resolución favorable para llevar a cabo la celebración de los corsos de carnaval en nuestra ciudad, en cuales se desarrollarán los días 6, 7, 8, 9, 13 y 14 de febrero a las 22 horas". Describe la crónica: "Previo disparo de bombas se iniciará la serie de corsos en la calle San Martín, la que será engalanada como de costumbre, con banderas gallardetes y luces a la veneciana y donde se instalarán los palcos populares".

Los detalles de la época dan cuenta la forma en la que los animadores del espectáculo callejero recorrerían para la mejor ubicación y vista del público: "El itinerario a recorrer será desde la calle Salta (hoy Senador Salim) hasta Catamarca (es decir de norte a sur, totalmente distinto a lo que se realiza ahora), puntos de entradas al corso, para autos, carruajes y jinetes, donde se hallarán los inspectores y comisiones controladoras respectivas, para la expedición de los boletos de entrada correspondientes, boletos que sus tenedores llevarán colocados en lugares visibles a los consiguientes efectos de evitar interrupciones en la circulación". Por otro lado la crónicas daban cuenta de que los corsos iban a ser "amenizados por la Banda de Música Municipal y la terminación de los mismos también sería anunciada con disparos de bombas".

La familia del pueblo en la calle principal al lado de la vieja estación del ferrocarril se reunía para celebrar el carnaval en aquellos corsos de antaño, con el clima de alegría y el ingenio para conquistar al público.

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