En pleno vuelo y en un instante hay que decidir: "volcada" o "flechín"
Por Julio José Jozami De la Corresponsalía Loreto
Es común ver a niños y adolescentes juntar piedras de la banquina de la ruta 9 sin saber quizás que esto es parte de un juego, un entretenimiento que los entrena para cuando tengan que moverse sigilosos, como una brisa por los senderos del monte en busca de una presa. Al igual que la honda, la mayoría de los juegos de los niños del monte forman parte de un entrenamiento que los prepara para la vida del adulto que no tarda en llegar.
A diferencia de las consolas de video juegos, los juegos de los chicos de la ruralidad son todos interactivos de una manera especial, ellos se relacionan con la naturaleza y nada es virtual, ni sobre entendido. Sólo como ejemplo se puede citar tirarse "flechín" en el cauce del río Namby (en el acceso sur de Loreto), esto significa correr descalzo sintiendo el pedregullo caliente de la vieja ruta 9, clavarse en las plantas de los pies, y el aire caliente enfriarse en el rostro mojado, la adrenalina sube a su nivel máximo y la carrera termina en un último contacto con la tierra, los músculos y los tendones se contraen y se estiran casi como en una ordenada convulsión, comienza el vuelo, allá van por el aire transformados en pájaros por unos poco segundos, en el corto vuelo las manos juntas delante de la cabeza, en ese instante se decide "volcada" o "flechín", allá abajo el agua espera con su profundo silencio, luego la zambullida finaliza en el ascenso triunfal, los pulmones se llenan de aire que ingresa por la nariz y la boca arrastrando con él los inconfundibles aromas, de los ríos y canales que atraviesan la ardiente ruta 9.