Luces y sombras de la visita de Francisco a Chile
Por Emilio Marcelo Jozami. Por Emilio Marcelo Jozami.
La crisis de credibilidad que vive la Iglesia Católica chilena dinamitó los sueños del Vaticano de que el viaje del papa Francisco a Chile fuese un éxito rotundo como lo viene logrando desde marzo de 2013, cuando asumió su Pontificado, en los lugares por donde fue. El resonante caso de Fernando Karadima, el obispo responsable de abusos sexuales, es una daga clavada y difícil de sacar para la Iglesia que le ha restado fieles a los católicos en esta Nación. Si bien, como sostienen los analistas, Francisco vino a Chile para salvarla, aparentemente, nada de eso sucedió si se tiene en cuenta que Juan Barros, obispo de Osorno, a quien las víctimas de Karadima acusan de encubridor de las agresiones sexuales de este prelado, asistió a las tres misas celebradas por el Sumo Pontífice en Santiago, Temuco e Iquique. Y si algo le faltaba a este caso que incomoda a la sociedad chilena, fue el fuerte respaldo que le dio el Santo Padre a Barros, obispo que él designó para la ciudad de Osorno. "El día que me traigan una prueba voy a hablar. Son calumnias. ¿Está claro?", bramó Francisco. Barros remarcó el apoyo que siempre recibió de Francisco. Este nuevo y contundente respaldo del líder de la Iglesia Católica a Barros provocó el enojo de las víctimas de Karadima, que piden ser escuchado por el Papa y también de grupos de laicos. "Con tu venida, Francisco, no puedo dejar de preguntarme qué pasa con las autoridades eclesiásticas y religiosas", manifestó James Hamilton, una reconocida víctima de los abusos del sacerdote Karadima, un escándalo que sigue socavando los cimientos de la Iglesia Católica en Chile. El caso Karadima, para Marta Lagos, directora de la encuestadora Latinobarómetro, es el factor principal de ese desprestigio. Juan Carlos Cruz, otra de las víctimas, en una entrevista exclusiva con EL LIBERAL, trató de "hipócrita" al Santo Padre luego de haber pedido perdón y expresado que sentía vergüenza por los casos de agresión sexual a niños por parte de sacerdotes. También pidió que escuche a las víctimas. En tanto, al cuestionado obispo Barros lo trató de "mentiroso". Fernando Karadima, de 87 años, fue durante muchos años sacerdote en la parroquia El Bosque de la comuna de Providencia, una de las zonas acomodadas de la capital. Aunque las denuncias de abusos sexuales por parte de Karadima se dieron a conocer en 2004, las víctimas tuvieron que esperar varios años para sentir que se hizo justicia, tanto a nivel judicial como dentro de la Iglesia. Un fallo del Vaticano lo condenó en 2010 por abuso sexual y fue retirado a "una vida de oración y penitencia". El cura tenía vínculos cercanos con la elite política y empresarial del país. "Ha sido bastante decepcionante" Visita difícil la de Francisco a Chile. "Ha sido bastante decepcionante", analizó Elizabetta Piqué, la periodista que mejor conoce a Jorge Bergoglio. Dijo también: "Sorprende mucho la baja asistencia porque estamos en un país católico, que parece que ya no es tan católico". Por su parte, Andrea Tornielli, editor de Vatican Insider, remarcó: "Estamos en América latina y yo no he visto muchísima gente en las calles, yo estuve en Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay y Brasil y el panorama era muy distinto". Los números hablan de esa crisis. Por ejemplo, según informes de Carabineros, en la actividad con jóvenes en el Santuario de Maipú se esperaban 400 mil personas, sin embargo en el balance se notó que sólo acudió la mitad. Lo mismo sucedió ayer en Iquique, pero sí tuvo mayor convocatoria en Temuco, en el corazón mismo de la Araucanía. Atentados a templos Francisco ha venido a Chile con la misión de salvar a la Iglesia Católica, credo que mermó ostensiblemente su presencia en este país. Las autoridades eclesiásticas locales anhelaban que esta presencia del Santo Padre mejorase la situación de la institución. Francisco, en territorio chileno, no solamente provocó la reacción de las víctimas de Fernando Karadima, después de haber dicho que sentía vergüenza por los casos de abusos sexuales, pero que al mismo tiempo brindó un respaldo público al obispo Barros, sino también la de sectores radicalizados de la etnia mapuche que reclaman la tenencia de sus tierras. Antes de su visita y durante la misma, tuvo un recibimiento hostil reflejado en los atentados a templos en la región de la Araucanía y las amenazas de muerte en contra de su persona. Francisco, durante la misa que celebró en el aeropuerto de Maquehue (Temuco), apoyó su causa, pero los instó a los mapuches a no usar la violencia como método de reclamo. Mapuches entrevistados por EL LIBERAL reconocieron ese llamado de pacificación y no utilización de la violencia. "Para mí no será un viaje difícil. Estudié aquí y tengo muchos amigos y conozco bien Chile", había dicho el Papa, tratando de poner paños fríos a las situaciones beligerantes que se generaron antes de su llegada. Francisco estuvo en Chile, país que tiene una presidenta, a punto de entregar el mando, como Michelle Bachelet, con quien Francisco tiene diferencias notorias, según los especialistas, especialmente por la reciente aprobación que hizo Bachelet de la despenalización del aborto. Además, en un gesto que fue criticado por la prensa local, no recibió en audiencia al presidente entrante Sebastián Piñera a quien solo le extendió un frío saludo, lo que fue considerado un desaire al mandatario chileno electo. Encuestas que preocupan Francisco ya está en Perú, donde espera remontar después de este traspié en territorio chileno. De acuerdo con la encuesta, que fue realizada a mitad del año 2017, los países que mejor evalúan a Francisco son Paraguay y Brasil, con calificaciones promedio de 8.3 y 8 sobre 10, respectivamente. Chile y Uruguay, en cambio, son los países donde peor le va, con 5.3 y 5.9 de puntuación en cada uno. El promedio del Papa en la región es de 6.8 puntos de favorabilidad, una caída de 0.4 puntos con respecto a 2013. En términos generales, durante los últimos 20 años la confianza en la Iglesia ha caído en la región. Hoy el 65% de los latinoamericanos dicen tener algo de confianza en ella, una caída de 10 puntos desde 1995. Acerca de la imagen del Santo Padre, los diarios de Chile reflejaron, precisamente, la polémica generada por el caso del obispo Juan Barros y la baja presencia de gente a los eventos. El Mercurio destacó: "Defensa de Barros y llamado por inmigrantes: Los hitos del cierre de la gira del papa Francisco por Chile". A su vez, La Segunda hizo foco en el escándalo con el obispo de Osorno al titular "Son calumnias", expresión de Francisco cuando habló del tema al ser abordado por los periodistas. Y La Tercera destacó: "Papa deja Chile tras gira marcada por defensa a Barros y baja asistencia a eventos". En tanto, Publiometro también se refirió al tema Barros: Víctimas de Karadima rechazan respaldo del Papa a obispo Barros: "Lo que ha hecho es ofensivo y doloroso". Francisco ya está en Perú donde, a diferencia de Chile, las crónicas hablan de los baños de multitudes que se ha dado a poco de su arribo. Francisco se fue y los chilenos solo esperan que el tiempo determine si la presencia de Francisco sirvió para mejorar la imagen de la Iglesia Católica y la situación de los pueblos originarios y de los migrantes. Pero, a juzgar por la realidad, los problemas continuarán, los ánimos quizás se atemperen en los mapuches y la Iglesia Católica chilena, por parafrasear a Francisco, seguramente pedirán que recen por ella para que el caso Karadima no vuelve a destruir su ya devastada credibilidad.