El insólito método de un recolector de miel para alejar a las abejas del panal

Suk Mahammad Dalal dejó su trabajo como asistente de un médico para dedicarse a recolectar miel. Mirá el video.

Suk Mahammad Dalal tiene 31 años y decidió dejar su trabajo como asistente de un médico para dedicarse a recolectar miel. Su habilidad para trepar árboles lo incentivo a probar suerte en esta nueva profesión donde tiene que lidiar con abejas.
 
El joven ideó un insólito método para lograr correr a los insectos del panal: colocarlas debajo de su camiseta, afirma la web Daily Mail.
 
En los videos se lo puede ver mientras toma las abejas, sin ningún tipo de protección, y las pone junto a su pecho. Quince años lleva ya con esta tarea, por lo que dice que volvió inmune a los aguijones, aunque en algunas ocasiones, le quedan ampollas en los labios. "Solo necesito una taza de té caliente para recuperarme", comenta.
 
 
Los comienzos del recolector de miel no fueron fáciles. En una ocasión fue "picado por más de 300 abejas" que lo dejaron inconsciente, por lo que pensó en regresar a su antiguo trabajo, aunque prefirió insistir con la recolección. Lentamente, con el paso del tiempo, el dolor comenzó a desaparecer. 
 
Tanto es así que, según comenta, no solo los insectos no le provocan ninguna herida, sino que hasta juega con las abejas mientras realiza su trabajo, con mucho cuidado para no hacerles daño. 

Suk Mahammad Dalal tiene 31 años y decidió dejar su trabajo como asistente de un médico para dedicarse a recolectar miel. Su habilidad para trepar árboles lo incentivo a probar suerte en esta nueva profesión donde tiene que lidiar con abejas. 

El joven ideó un insólito método para lograr correr a los insectos del panal: colocarlas debajo de su camiseta, afirma la web Daily Mail

En los videos se lo puede ver mientras toma las abejas, sin ningún tipo de protección, y las pone junto a su pecho. Quince años lleva ya con esta tarea, por lo que dice que volvió inmune a los aguijones, aunque en algunas ocasiones, le quedan ampollas en los labios. "Solo necesito una taza de té caliente para recuperarme", comenta.  

Los comienzos del recolector de miel no fueron fáciles. En una ocasión fue "picado por más de 300 abejas" que lo dejaron inconsciente, por lo que pensó en regresar a su antiguo trabajo, aunque prefirió insistir con la recolección. Lentamente, con el paso del tiempo, el dolor comenzó a desaparecer.  

Tanto es así que, según comenta, no solo los insectos no le provocan ninguna herida, sino que hasta juega con las abejas mientras realiza su trabajo, con mucho cuidado para no hacerles daño.  


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