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El papa Francisco pidió el reconocimiento de los mapuches, pero los instó a dejar la violencia

Destacó que "la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse con base en la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas" en una de las zonas más conflictivas de Chile.

El papa Francisco viajó a Temuco, en la región chilena de la Araucanía, para una jornada en la que el pueblo mapuche y sus reivindicaciones fueron protagonistas, pero a los que el Pontífice durante la misa que celebró los instó a poner fin a la violencia.

El Papa quiso celebrar misa en esta región, cuna de este pueblo originario, pero también la más pobre y conflictiva de Chile, y durante la homilía destacó que "la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse con base en la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas".

"No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro", fue el mensaje que lanzó.

La ceremonia había comenzado con una rogativa de una representación de los mapuches vestidos con sus trajes tradicionales y Francisco también en su homilía la inició hablando en mapudungun, la lengua de este pueblo originario: "Mari, Mari’ (buen día) y continuó "Küme tünngün ta niemün" (La paz esté con ustedes).

Ante decenas de miles de personas, agradeció poder haber visitado la Araucanía, alabó su belleza pero también subrayó que está ‘"lena de pena y dolor".

Para ello utilizó un verso de la canción de Violeta Parra: "Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar".

Y al respecto también recordó que en este aeródromo de Maquehue "tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos", en referencia a que en este lugar hubo un centro de detención y tortura durante los años de la dictadura.

"Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias", señaló.

Se esperaban cerca de 400.000 fieles en esta ceremonia, pero según las autoridades acudieron a la misa unos 150.000 y tampoco se pudo observar una amplia representación de los cerca 300.000 mapuches de la región.

El resto de la homilía, Francisco la dedicó al tema elegido para esta misa, el de la unidad de los pueblos, en un momento de constante tensión en la Aracaunía.

Aseguró que "la unidad no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora" y que "la riqueza de una tierra nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás".

Capillas quemadas

Para pasar después a condenar la violencia, en una clara referencia a los ataques incendiarios registrados en la noche del martes y la madrugada de ayer, y a los últimos episodios en esta región.

Francisco dijo que existen dos formas de violencia que amenazan los procesos de unidad y reconciliación.

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