Consejos para prevenir efectos del calor en bebés y niños
El Hospital Garrahan difundió consejos para evitar que los más chicos sufran las consecuencias de las altas temperaturas.
El Hospital Garrahan recomendó hoy mantenerse hidratado, controlar la exposición al sol y evitar las gaseosas y la comida chatarra para prevenir golpes de calor y descompensaciones en bebés, niños y adolescentes, ante la alerta naranja declarada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para varias zonas del país.
Si bien el golpe de calor puede afectar a personas de cualquier edad, los grupos de mayor riesgo son los niños -que no manifiestan sus síntomas con facilidad y cuyo cuerpo se calienta de tres a cinco veces más rápido que el de un adulto- y los mayores de 65 años.
En ambos casos es importante fomentar el consumo de agua, ofreciéndoles de beber en forma frecuente.
"A medida que aumenta la cantidad de días seguidos muy calurosos el riesgo es mayor para niños y adultos mayores", destacó el pediatra Marcelo Andrade, jefe de clínica de Consultorios Externos del Garrahan.
Particularmente, los chicos con enfermedades crónicas -como diabetes-, poco frecuentes o cáncer infantil “pueden sufrir complicaciones", agregó.
"Quedarse en un lugar fresco, en reposo y sin hacer esfuerzos físicos, evitar el sol, hidratarse más seguido que lo habitual, usar ropa ligera y de colores claros y postergar actividades en la calle para otros días" son medidas fundamentales, enumeró Andrade.
Por otro lado, es "muy importante" no dejar a los bebés o niños dentro de vehículos estacionados "bajo ninguna circunstancia, dado que la temperatura sube mucho más rápido que afuera".
Se debe consultar al pediatra de cabecera o centro de primeros auxilios más cercano ante síntomas como temperatura corporal elevada, pulso acelerado, piel seca, roja y caliente, dolor de cabeza, sensación de fatiga, náuseas o vómitos, somnolencia y, en casos extremos, pérdida de conciencia, calambres musculares o decaimiento.
Si aparece alguno de esos indicios, se recomienda trasladar al afectado a la sombra, hacer que mantenga la cabeza alta e intentar refrescarlo mojándole la ropa o con hielo en la cabeza.