"Nos amenazaron con volver y quemarnos dentro de la casa"
Antes de subir al coche, doña María Carabajal miró hacia atrás y lloró al contemplar su casa destruida, cual escenario de un campo de batalla. "Estábamos con mi esposo y dos nietos. Llegaron (los Acosta) y empezaron a tirar piedras. Nos encerramos en las piezas porque las piedras entraban por todos lados". La mujer lamenta sus muebles rotos y confiesa: "Esto se terminó para mí; nos vamos porque nos amenazaron con volver a la noche y quemarnos dentro".
E.L: "¿Sus hijos qué hicieron ante el ataque?"
-"No sé. Vea, me encerré y todos gritaban. Sé que tengo hijos internados y otros detenidos, pero nosotros estábamos en la casa tranquilos". Desahuciada por este adiós obligado, la mujer ayer lloró todo el día.
"Dejo mi casa que me costó tanto sacrificio y con mis hijos quien sabe qué harán", dijo quebrada.
Aunque no quiso adelantar qué hará, se presume que toda la familia pegará la vuelta a Pampa Múyoj, población de la cual arribó hace más de 40 años en busca de una mejor vida para todos. Aquellos sueños de progreso anoche emergían como una ironía, una paradoja de un presente adverso, con su familia partida en dos, algunos heridos y otros presos.
"Ojalá esto pronto se termine", imploró. Después, su entorno la sacó del barrio para preservarla del mañana.