Detienen a Pablo Carrasco, sospechado de ser el autor del crimen de Estela López
Halcón, el perro de la Unidad K9 de Río Negro marcó varios elementos en el auto del acusado y secuestraron pelo y un proyectil.
Pablo Carrasco, el policía "custodio" -y amigo- de Nahuel Auad, fue detenido sospechado de ser el autor material del crimen de Estela López de Auad. Halcón trabajó en su casa y en su automóvil, en el que descubrió elementos que pueden ser determinantes en la causa.
Por segundo día consecutivo se montó un importante despliegue policial, esta vez en la casa de Pablo Carrasco, el funcionario policial ligado a la familia de la víctima, sospechado de haber participado en el crimen.
La tarea en el inmueble se había iniciado el lunes, pero se vio interrumpida por un accidente que sufrió Halcón. Ayer retomaron el procedimiento en un depósito, pero no surgieron novedades allí.
La historia fue distinta en el predio de la vieja terminal de ómnibus, hoy convertida en el Departamento de Seguridad Ciudadana Nº 2 Zona Centro. En el estacionamiento estaba ubicado el Fiat Regata azul (muy deteriorado) que le pertenecía a Carrasco y fuera secuestrado hace un año.
Después de casi 4 horas de trabajo y con nuevos elementos que se secuestraron, la jueza Rosa Falco procedió a ordenar la detención de Carrasco, quien estaba presenciando a la distancia la tarea de Halcón, el perro de la Unidad k9 de Río Negro que tuvo un papel protagónico en el procedimiento.
El policía de 35 años quedó detenido e incomunicado acusado del supuesto delito de ‘homicidio calificado por alevosía y ensañamiento’, en perjuicio de Estela López de Auad, la empresaria que fue asesinada de más de 20 cuchillazos en el interior de su casa de calle San Martín casi Moreno el 23 de diciembre del 2015.
Evidencias
El lunes en la casa de la víctima, Halcón había encontrado un cortapluma enterrado y una bala 9 mm, idéntica a otra que halló en la tapia que hace de medianera con una cochera.
A esas importantes pruebas, se le sumaron los elementos que el perro marcó ayer en el automóvil de Carrasco.
Halcón fue trasladado hasta el lugar donde estaba secuestrado el rodado. Se lo hizo oler en primera instancia el vestido que tenía Estela López el día que fue asesinada y tras darle un rodeo al vehículo, le abrieron las puertas y su instructor Marcos Herrero, le dio la orden de entrar para trabajar en el interior.
La conducta de Halcón fue clara, recorrió el habitáculo y se sentó en el asiento del conductor, intentando escarbar en él, lo que consideran una ‘marcación positiva’. El perro continuó su trabajo y también marcó el apoya cabezas y el asiento del acompañante.
Posteriormente le abrieron el baúl, desde donde sacaron numerosos elementos pero Halcón se basó en la alfombra que cubría el piso del baúl.
Lo retiraron y el perro lo mordía. Tras moverlo, cayó un pequeño mechón de pelo. Ante ese hallazgo, la Dra. Falco ordenó que de inmediato el personal de Criminalística proceda a secuestrarlo.
En la segunda parte del procedimiento, el can olfateó la navaja secuestrada el lunes. Con ese patrón de olor, Halcón volvió a marcar -con más énfasis- el asiento del conductor y comenzó a morderlo.
El habitáculo fue retirado y debajo de él hallaron un proyectil 9 mm. Extraoficialmente se conoció que también habrían encontrado un bisturí con pelos.
La tarea del perro finalizó y tras evaluar los resultados, la jueza Falco resolvió ordenar la detención de Pablo Carrasco.
El acusado había acompañado todos los procedimientos. Mientras Halcón destrozaba los asientos de su auto, él estaba alejado unos 30 metros, sentado en una baranda, sin siquiera mirar lo que hacía el animal.
Una vez detenido, fue trasladado por personal de la División Homicidios y Delitos Complejos hasta el predio de la ex Fandet, para quedar alojado en las instalaciones del D6.